En una ceremonia impregnada de historia y tradición, el fuego olímpico fue encendido este martes en las ancestrales ruinas de Olimpia. Bajo el cielo griego, la actriz Mary Mina, personificando a la Gran Sacerdotisa de Olimpia, invocó al dios Apolo para encender la llama sagrada, marcando así el inicio del recorrido hacia los Juegos Olímpicos de París 2024.
La emotiva ceremonia, que honra la conexión entre los Juegos de la Antigüedad y la modernidad, contó con la participación de destacados atletas griegos y franceses, entre ellos Stefanos Ntouskos, medalla de oro en remo en los Juegos de Tokio 2020 y la nadadora Laure Manaudou (tres medallas olímpicas en los Juegos de Atenas 2004, incluida una de oro en 400 metros estilo libre), quienes recibieron la antorcha olímpica en un simbólico relevo.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, destacó que en estos tiempos marcados por conflictos y guerras, los Juegos representan un símbolo de paz y unidad a nivel internacional.
Por su parte, Spyros Kapralos, presidente del Comité Olímpico Griego, compartió la meta de promover la paz y el respeto a través de las competiciones de este año, instando a las naciones a unirse a la antigua tradición de la tregua olímpica.
En la Antigüedad, las guerras entre las ciudades griegas cesaban durante los Juegos para permitir la participación de todos.
Durante los próximos diez días, el fuego olímpico recorrerá Grecia antes de emprender su viaje hacia Marsella, en un histórico velero, simbolizando así la continuidad de la llama olímpica a través de los siglos y mares.