Aun perdiendo MORENA todo lo que se jugó en Coahuila (entidad entregada por un pacto indecoroso), no todos los morenos perdieron.
Con una elección cuesta arriba para MORENA en Coahuila, una que escalar el próximo año, Luis Fernando Salazar Fernández, por ejemplo, se enfila a ser candidato a senador (el actual es Guadiana, y luego de la paliza, de locos pensar que se presente a la reelección). Pierde Armando pero gana Salazar.
Si MORENA hubiese ganado las elecciones, un grupo ganaría el poder y los cargos, pero como pierde, las fichas se revuelven y el juego es nuevo.
Cambiarán al dirigente estatal, renovarán consejeros, Guadiana no manoseará las candidaturas y otros morenos podrán ser candidatos a alcaldes, regidores y síndicos; de otros grupos, podrán acceder a tómbolas para ser candidatos a diputados federales. Se habla de cambiar de nuevo al delgado del Bienestar ya que ni los beneficiarios de becas y programas votaron por MORENA.
Aliados pero no socios
En el PRI y en el PAN también hay ganadores y perdedores.
Podrán pensar que si la gubernatura y las 16 diputaciones locales se ganaron, entonces todos ganan en el PRI y hasta sus aliados PAN y el PRD. Pero no es así.
Gana Manolo, ganan sus diputados, ganan sus amigos (y por supuesto ganan sus socios), pero NO ganan los que fueron saltados por Jiménez en el escalafón tricolor de la candidatura y que además de viejos se topan con que en el 2035 tampoco serán candidatos a gobernador porque “toca mujer”.
En la campaña, y la elección del domingo, el PRI fue mapache, el PAN y el PRD se tomaron fotos, no fueron capaces de que su gente cruzara la boleta por Manolo desde el recuadro de cada partido.
Manolo gana con 746,000 votos (+-), de ellos solo 90,000 se los dio el PAN. El PRD pierde el registro estatal por no acercarse siquiera al 3% de la votación. Ello repercutirá en la alianza para el 2024 donde el PRI les dará migajas a sus aliados y en el “gobierno de coalición” que pactaron, sin reglas, les darán rebanada de pastel de gabinete estatal, del tamaño de los votos aportados.
Cuesta arriba
La precampaña por la reelección de alcaldes empezó extraoficialmente el lunes 5, el día siguiente de la elección.
Panistas, morenistas y priistas buscarán el 2 de junio del 2024 ser alcaldes en Coahuila, el PRI querrá todo y supone que a AMLO le seguirá importando un cacahuate lo que pase en Coahuila.
Pero, los votos sí contarán para la presidencial y entonces hasta la pobre Coahuila desde el punto de vista del porcentaje nacional de votos, importará a MORENA. Para AMLO, su 4T y MORENA, los senadores y diputados federales deben ser de ellos, sin ceder uno solo a sus opositores.
Tigre sin rayas
Ricardo Mejía anuncia un Movimiento Coahuilense, uno que mantenga constante la inercia electoral (el 13% de la votación del domingo), para buscar ser candidato a senador por la alianza MORENA-PT, presionando con crear otro partido; de paso, para incomodar a Manolo.
Impugnación
Cuando los del PRI pagan a sus medios para que digan que “las irregularidades de la elección del 4 de junio no son delitos”, en otras instancias políticas se preparan sendas impugnaciones a la jornada electoral de Coahuila.
En Coahuila “ganó la idea” de no dar más poder a López Obrador, al grado de perdonar el robo y la criminalidad de los Moreira.