Con la cancelación del Metrobús en la zona metropolitana La Laguna en una ‘consulta’ a mano alzada, el Presidente Andrés Manuel López Obrador está protegiendo a una mafia de concesionarios de un transporte público.
Aunque el tramo en La Laguna de Coahuila (Torreón y Matamoros) ya está a meses de ser terminado, cancelar la expansión del Metrobús Laguna a Gómez Palacio y Lerdo es mantener el status quo del transporte conurbado en la región. Un sistema deficiente, caótico, chatarra, manejado por un pequeño grupo de concesionarios que ahora se sabe protegida por el presidente.
El Metrobús Laguna es un proyecto que fue propuesto hace unos 10 años para establecer una ruta Matamoros-Torreón-Gómez Palacio-Lerdo, es decir, que atravesara la zona metropolitana de La Laguna. Es, por mucho, el mayor proyecto de transporte masivo en la historia de la región, modelado en lo que el propio López Obrador inició en la Ciudad de México y luego emularon ciudades medias como Chihuahua y León.
La ruta pretendía ordenar el transporte público y dar una opción fluida a quienes deben usar transporte público para viajar entre Coahuila y Durango.
Bajo el actual sistema una persona que va de Torreón a Gómez Palacio debe tomar uno o varios autobuses al poniente de Torreón y ahí transbordar a una de las dos rutas de los llamados Torreón-Gómez-Lerdo (“rojos” o “verdes”) que son los únicos que pueden cruzar entre Coahuila y Durango.
Imaginemos que una persona que quiere ir de Ecatepec a algún punto de la Ciudad de México debe tomar uno o varios autobuses al Toreo y ahí transbordar para tomar sólo una de dos líneas autorizadas a entrar en la Ciudad de México.
Ese absurdo se vive todos los días en La Laguna. Y no lo viven los fifís que tienen automóvil. El Metrobús haría más fluido el transporte de miles de personas y eliminaría el pésimo servicio de los “rojos” y “verdes” controlados por unos cuantos concesionarios de Durango. Además, sería el primer intento para armonizar el transporte público en la zona metro de La Laguna
El Metrobús Laguna se empezó a etiquetar en el Presupuesto federal hace 4 años, pero sólo Coahuila comenzó a ejercer el dinero para el eje Matamoros-Torreón. El gobierno de Durango se ha pasado los últimos años poniéndole trabas.
La cronología de la obra en el lado de Coahuila da una idea de la apatía en Durango. En Torreón, el proyecto ejecutivo se hizo 2014, cuando en Durango era gobernador Jorge Herrera Caldera. La obra inició en noviembre de 2016, dos meses después del relevo en la gubernatura y la llegada de José Rosas Aispuro.
Pero tanto Herrera Caldera como Rosas Aispuro se opusieron al Metrobús. Esto se deduce porque durante años en Durango no se trazó una línea sobre papel para proyectar la ruta Gómez Palacio-Lerdo. Ambos evitaron molestar a los grupos de interés que controlan concesiones de transporte.
Aispuro se asume ahora como defensor del Metrobús sin reconocer que durante tres años no movió un dedo, y culpa a la alcaldesa electa de Gómez Palacio, Alma Marina Vitela (hoy de Morena, pero expriista del grupo del exgobernador Herrera Caldera) de haber orquestado el teatro de la mano alzada del domingo. Vitela lo niega, pero el hecho de que durante su campaña se mantuvo escondida de los medios, sin dar entrevistas, nunca se pudo conocer su verdadera opinión sobre el transporte metropolitano.
Quien haya insinuado a López Obrador que había oposición al proyecto nos deja con dos escenarios: o el presidente fue manipulado por autoridades locales serviles a una mafia de transportistas o él mismo está protegiendo esa mafia de concesionarios.
Esto ocurre a días de que López Obrador se reunió con de empresarios laguneros a los que les dijo que entendía muy bien la problemática local. Lo que ha hecho con el Metrobús Laguna indica lo contrario, pues ignora la realidad del transporte masivo en la región. La buena disposición de la semana pasada ahora se ve con escepticismo.
López Obrador argumentó que hay otras necesidades como el abasto de agua o la terminación de un hospital para cubrir con el dinero de un Metrobús. Es cierto, pero hay un par de detalles.
Sobre el hospital, los retrasos se deben al mal ejercicio del presupuesto federal por el anterior y el actual gobierno del Estado. Si hay actos de corrupción, no se han sancionado.
Sobre el agua, un problema para organismos operadores son los aumentos de tarifas que la Comisión Federal de Electricidad cobra por la extracción en las norias, que han absorbido presupuesto para obras que mejoren el abasto. Este problema se ha agudizado en el último año y la CFE ha puesto oídos sordos. Si bajan las tarifas se liberaría dinero para mejorar el sistema de agua.
En Torreón la obra de unos mil millones de pesos de dinero público y otros 500 millones de inversiones privadas está por concluirse. Cancelarlo en La Laguna de Durango va a ampliar la brecha en el desarrollo de ambas partes del Río Nazas y entorpecerá los esfuerzos para una mayor unión de una de las principales zonas metropolitanas del país.
Reforma/El Siglo de Torreón