Durante meses, la economía global se movió bajo un paraguas: Estados Unidos y China llegarían pronto a un acuerdo, más allá de los tironeos inherentes -amenazas, tires y aflojes, aranceles, sanciones, tuits incendiarios- a la compleja negociación entre dos potencias rivales. Ese escenario cambió. Las últimas movidas de Washington y Pekín sugieren que la guerra comercial ingresó en una nueva fase, el ansiado acuerdo quedó más lejos y el daño a la economía global puede ser mayor.
La decisión de Pekín de devaluar el yuan y la respuesta de Washington de designar a China “manipulador de monedas” arraigaron el temor a una escalada mayor en el conflicto. China adoptó una posición más dura y Trump, que se autodefine como un “hombre de aranceles”, amenazó con ampliar su política proteccionista.
Ayer, un editorial del People’s Daily, el diario oficial del Partido Comunista, acusó a Estados Unidos de “destruir deliberadamente el orden internacional”. El Banco Central de China rechazó las acusaciones de Washington sobre la manipulación del yuan, dijo que dañaban “gravemente el orden financiero internacional” y provocaban “caos en los mercados financieros”, a la vez que negó que use el tipo de cambio para lidiar con el impacto de la guerra comercial.
Desafiante, Trump tuiteó que “cantidades masivas de dinero” estaban llegando a Estados Unidos desde China, al igual que empresas. Prometió proteger a los granjeros, afectados por la puja, y afirmó: “Estamos en una posición muy fuerte”.
Los mercados (sigue aquí los principales índices del mundo) se tomaron ayer un respiro, pero en Estados Unidos las advertencias cobraron un tono más alarmista. Larry Summers, secretario del Tesoro de Bill Clinton, dijo que era “el momento más peligroso desde la crisis financiera”. Hank Paulson, que tuvo el mismo cargo durante la presidencia de George W. Bush, afirmó que los aranceles “están comenzando a morder el crecimiento económico y la prosperidad de Estados Unidos”.
Los posibles futuros escenarios
El principal temor que circuló en informes en Wall Street es que Trump decida cubrir todas las importaciones de China con su arancel del 25%, que ya aplicó a compras por unos 250.000 millones de dólares. Un informe del banco de inversión J.P. Morgan advirtió que, tras designar a China “manipulador de monedas”, el gobierno de Trump podría considerar la devaluación un “subsidio ilegal”, un argumento que podría utilizar para ampliar los aranceles. Las últimas movidas, señaló, aumentan la dificultad de llegar a un acuerdo y erosionan “aún más la frágil confianza” entre ambas potencias.
Un análisis de XP Investments indicó que un arancel del 25% a todas las compras chinas pondría a la economía global “de rodillas”, pero relativizó ese escenario al indicar que Trump necesita sostener la pujanza de la economía estadounidense para conseguir su reelección, el año próximo. “Los chinos no tienen mucho que perder. Xi Jinping no tiene que ganar una elección, Donald Trump, sí. Si fuera a hacer la apuesta, Estados Unidos es el primero que trata de bajar la tensión y la virulencia. Es una imposibilidad que Trump gane la elección de 2020 con un escenario de recesión y los mercados con este nivel de volatilidad”, indicó Alberto Bernal, analista de XP Investments.
Un informe del banco de inversión UBS, titulado “La disputa comercial EE.UU.-China se intensifica”, ofreció tres escenarios posibles. En el primero, la nueva tarifa del 10% anunciada por Trump entra en vigor y China responde con trabas paraarancelarias o más restricciones a las compras de productos agrícolas, una medida que socavaría aún más el respaldo a Trump en las zonas rurales. El segundo escenario es una nueva tregua. El tercero, el peor, es el arancel del 25 por ciento a todas las compras chinas.
“En este escenario, vemos una probabilidad significativa de una recesión en Estados Unidos y un crecimiento en China cayendo por debajo del 6%”, advierte el informe.
Yahoo Finanzas.