Sacudido por una tormenta política, el gobierno de Colombia suspendió este miércoles el alto al fuego que había declarado con la guerrilla del ELN dada la negativa de los rebeldes a cesar sus operaciones ofensivas mientras avanzan en las negociaciones de paz.
“Ante la posición asumida públicamente (…) hemos decidido suspender los efectos jurídicos del decreto” que establecía el cese al fuego bilateral con el izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde el 1 de enero hasta el 30 de junio, dijo a los medios el ministro del Interior, Alfonso Prada, desde la presidencial Casa de Nariño en Bogotá.
Ante el sorpresivo desaire, el gobierno de izquierdas del presidente Gustavo Petro ordenó a la fuerza pública perseguir a los cerca de 3 mil 500 combatientes que integran la última guerrilla reconocida en el país tras el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) en 2017.
Los rebeldes alegaron que la tregua no hizo parte de la primera ronda de negociaciones de paz que sostuvo con delegados del gobierno colombiano en Caracas entre noviembre y diciembre, aunque se planteó la posibilidad de tocar ese tema cuando se reanuden las conversaciones en México.
“En el siguiente ciclo se reactivaría el diálogo sobre este particular”, agregó Prada junto al ministro de Defensa, Iván Velásquez, el consejero presidencial de paz, Danilo Rueda, y la cúpula militar.
Según el ministro, el Ejecutivo no considerará un cese al fuego bilateral “hasta tanto no se reactive la mesa de diálogo” en una fecha aún por definir en México.
Al filo de la medianoche del 31 de diciembre, el presidente Petro aseguró haber acordado un cese al fuego bilateral con los principales grupos armados del país, incluido el ELN.
Los disidentes de las FARC que continúan en armas tras el proceso de paz de 2016, el Clan del Golfo -la mayor banda narco del país- y los paramilitares de las Autodefensas de la Sierra Nevada también hacen parte del alto al fuego bilateral proclamado por Petro.
Solo el ELN ha rechazado públicamente dicha declaratoria.
Petro, muy activo en redes sociales, permanece en silencio ante el cruce de versiones con la guerrilla.
Confrontación
La tregua recibió un amplio respaldo de organizaciones humanitarias, pero es blanco de críticas de la oposición.
Miembros del partido de derecha Centro Democrático consideran que el presidente mintió sobre los acuerdos a los que supuestamente había llegado con los insurgentes y se equivocó al hacer el anuncio, que fue apoyado por la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Iglesia católica.
El jefe de la delegación negociadora del gobierno con el ELN, Otty Patiño, emitió un comunicado donde explica que la intención de Petro fue “abreviar los tiempos de la negociación armada y estimular al máximo espacios de la negociación política”.
El embate de la guerrilla también es el mayor revés de la iniciativa de “paz total” con la que el mandatario izquierdista pretende extinguir el conflicto armado que continúa pese a la desmovilización de las FARC.
Tras meses de aparente armonía, los rebeldes confrontaron al mandatario más afín a los procesos de paz con las guerrillas. En su juventud Petro perteneció al grupo armado M-19 y firmó un acuerdo en 1990 para deponer los fusiles y dedicarse a la política. Hoy es el primer presidente de izquierda en la historia del país.