Un alto funcionario de la ONU define la situación que está viendo en Haití con una frase demoledora: “El país se enfrenta a una catástrofe humanitaria”.
El hambre en uno de los barrios marginales más grandes del país caribeño está en niveles catastróficos, ya que la violencia de las pandillas y las crisis económicas llevan a la nación a un “punto de quiebre”.
Casi 20.000 personas en el empobrecido barrio de Cité Soleil, en la capital haitiana, tienen un acceso peligrosamente escaso a los alimentos y podrían morir de hambre.
“La gravedad y el alcance de la inseguridad alimentaria en Haití están empeorando“, alerta Jean-Martin Bauer, director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en ese país.
Casi cinco millones de personas ahí están luchando contra la desnutrición.
La nación más pobre de las Américas ha estado sufriendo agudas crisis políticas, económicas, de salud y de seguridad que han sido el combustible de la creciente violencia y paralización que atenazan al país.
Pandillas poderosas han bloqueado la principal terminal de combustible de Haití, lo que ha causado que se detengan los suministros básicos de agua y alimentos.
En el barrio de Cité Soleil, la ONU dijo que los niveles de inseguridad alimentaria alcanzaron el nivel más alto en su sistema de clasificación, la Fase 5.
Esto significa que sus habitantes tienen un acceso peligrosamente limitado a los alimentos y podrían estar pasando hambre.
Bauer dijo que los haitianos “han pasado por un calvario”.
El descontento social por el manejo del gobierno de las múltiples crisis del país se ha tornado en protestas antigubernamentales.
Y estas se han intensificado hasta convertirse en saqueos y enfrentamientos violentos.
El martes, la Organización Mundial de la Salud dijo que hubo 16 muertes por cólera y 32 casos confirmados en el país, tres años después de que una epidemia de la enfermedad transmitida por el agua matara a 100.000 personas.
Otro funcionario de la ONU dijo que 100.000 niños menores de 5 años estaban gravemente desnutridos y eran especialmente vulnerables al cólera.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, ha pedido ayuda militar extranjera, pero el llamado ha sido criticado por algunos haitianos que lo ven como una injerencia del exterior.
Desde entonces, la ONU ha pedido el despliegue inmediato de una fuerza armada internacional especial en Haití, pero aún no está claro qué países proporcionarían los miembros de dicha fuerza y cuál sería su tarea.
Las pandillas han tomado el control de carreteras clave, así como de Varreux, la terminal de combustible más grande de Haití. Debido a la suspensión de las entregas de alimentos y combustible, cada vez más haitianos pasan hambre.
Varios almacenes gestionados por organizaciones de ayuda también han sido saqueados, lo que ha dejado a los más vulnerables sin alimentos ni agua potable.
Haití es uno de los países más pobres del mundo y ha sufrido una serie de crisis recientes, en particular el asesinato de su presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Un mes después, un terremoto dejó más de 2.200 muertos.
BBC