¿Cada navidad es distinta? Me parece que sí, hay algunas costumbres que son tradiciones familiares añejas, pero cuando van partiendo los ancestros comienzan a diluirse imperceptiblemente.
Durante todo el siglo 20, más o menos hasta los años 70 y los 80, las reuniones familiares de los estratos populares comenzaban 15 o 10 días antes, con la elaboración de los tamales, se preparaban las hojas de maíz, el nixtamal se molía y la masa se disponía para ser untada en las hojas y agregar la carne de puerco con chile rojo, casi no se usaba el pollo o las rajas de chile con queso; también se preparaba la masa de harina para los buñuelos, cuya elaboración era un proceso complicado que implicaba tiempo, se preparaban el champurrado y los ponches, aún no se popularizaba el veneno –la Coca Cola- estas actividades eran cosas de mujeres lo que las involucraba obligadamente en reuniones largas y amenas, entretenidas con las historias familiares y los chismes y murmuraciones que corrían por los barrios.
En México Santa Closs casi no era mencionado en esos años, se decía que los regalos venían de parte del niño Jesús que era a quien se escribían las cartas para pedirle los regalos que se deseaban, ahora Santa a sustituido al niño Jesús y los nacimientos en los hogares casi han desaparecido.
Por supuesto que en las clases medias y altas la cena de navidad era y sigue siendo otra, el pavo relleno al horno, el bacalao a la vizcaína, la pierna de puerco rellena, la paella valenciana, el espagueti, los cortes finos sin faltar los vinos de mesa y la champaña, ignoro cuales puedan ser los menús de las familias más opulentas del planeta. Es obligado mencionar la ceremonia del recalentado del día 25 que no puede faltar.
En el siglo 21 se acostumbra poco elaborar los tamales y buñuelos en familia, ahora casi todo se compra hecho porque las mujeres salieron de sus hogares a trabajar en las empresas o instituciones, lo cual impide reunirse si no es hasta después de la hora de los servicios religiosos y luego la cena y los regalos.
No obstante, a pesar de los cambios de época por la mercadotecnia y la secularización, la navidad resuena a nivel mundial los líderes del planeta, como el Dalai Lama, Premio Nobel de la Paz, hace énfasis en la igualdad y el derecho de los seres humanos a la felicidad, sus enseñanzas se centran en promover la tolerancia, el perdón, la empatía y la autodisciplina e insiste en que, “El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir”, de manera que él no es sólo un gran hombre con mucha sabiduría sino que también un importante pacificador.
Por su parte, el Papa Francisco, pide no cerrar los ojos ante los migrantes: “Por causa de los conflictos, de la violencia, de la miseria o de los cambios climáticos, ellos dejan sus países y, a menudo, van al encuentro de un triste destino”. No debemos mirar para otro lado ante las injusticias, las desigualdades, la pobreza y el escándalo del hambre en el mundo.
Por su parte Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, al lado del Papa expresó, que le entristece ser testigo de que algunas comunidades cristianas no pueden celebrar con seguridad la Navidad porque están siendo perseguidas. Así como los judíos están siendo asesinados en las sinagogas y sus lápidas son pintadas con esvásticas y los musulmanes son abatidos a tiros en mezquitas. En estos tiempos turbulentos y difíciles, debemos unirnos por la paz y la armonía, añadió.
Saltillenses trabajemos por la paz y la justicia, feliz Navidad.
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