El huracán Ian se acercaba este lunes a las Islas Caimán y al oeste de Cuba en una trayectoria que podría llevarlo a Florida en los próximos días.
Los meteorólogos esperaban que Ian ganara fuerza con rapidez y se convirtiera en un fuerte huracán de categoría 4 a partir de este lunes por la noche en las aguas tibias el Golfo de México antes de posiblemente impactar la costa occidental de Florida el miércoles.
En México, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) explicó que el huracán continúa como categoría 1 esta mañana, y mantiene su trayectoria hacia el occidente de Cuba.
Las bandas nubosas ocasionarán lluvias fuertes y lluvias puntuales muy fuertes, así como oleaje elevado y vientos en la Península de Yucatán.
Espefícamente, la Conagua Clima pronostica rachas de viento de 60 a 70 kilómetros por hora, y oleaje de dos a tres metros de altura, en las costas de Quintana Roo y Yucatán.
En Cuba, las autoridades suspendieron las clases en la provincia de Pinar del Río y planeaban evacuaciones el lunes, mientras la tormenta se acercaba a Gran Caimán y las provincias cubanas de Isla de Juventud, Pinar del Río y Artemisa.
“Para Cuba se esperan vientos huracanados extremos, también peligrosas marejadas ciclónicas y fuertes lluvias”, dijo este lunes temprano a The Associated Press Daniel Brown, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
El centro de huracanes estimaba que Ian llegaría al lado más occidental de Cuba este lunes por la noche o el martes de madrugada, cerca de los campos de tabaco más famosos del país. El meteoro podría convertirse el martes en un gran huracán.
El medio estatal cubano Granma dijo que las autoridades empezarían a evacuar gente de zonas vulnerables este lunes por la mañana en la provincia occidental de Pinar del Río. Las clases en la zona se suspendieron.
A las 8 de la mañana EDT del lunes, Ian se desplazaba hacia el noroeste a 22 kilómetros por hora y estaba a unos 145 km al oeste-suroeste de Gran Caimán, según el centro de huracanes. Sus vientos máximos sostenidos eran de 120 km (75 millas) por hora.
Entre tanto, residentes en Florida seguían con cautela la pista de la tormenta mientras se desplazaba por el Caribe y hacia ellos.
El gobernador Ron DeSantis declaró estado de emergencia en Florida e instó a los residentes a prepararse para que la tormenta golpeara grandes extensiones del estado con aguaceros, vendavales y marejadas.
Los meteorólogos aún no tenían claro dónde podría tocar tierra el meteoro. Los modelos actuales indicaban que podría dirigirse a la costa oeste o a la franja noroeste de Florida, señaló.
“Vamos a seguir monitoreando la trayectoria de esta tormenta, pero realmente es importante destacar el grado de incertidumbre que todavía existe”, apuntó DeSantis en una conferencia de prensa el domingo, advirtiendo que “incluso si no están necesariamente en el ojo de la trayectoria de la tormenta, va a haber impactos bastante amplios en todo el estado”.
Existe la posibilidad de inundaciones en los Cayos de Florida y la península de Florida hasta mediados de la semana, y luego es posible que se produzcan fuertes lluvias en el norte de Florida, en la franja noroeste de Florida y en el sureste de Estados Unidos hacia finales de esta semana. El NHC aconsejó a los residentes del estado que tuvieran planes para huracanes y que siguieran las actualizaciones de la trayectoria de la tormenta.
El presidente Joe Biden declaró también una emergencia y autorizó al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA, por sus siglas en inglés) a coordinar ayuda para desastres y prestar asistencia para proteger vidas y propiedades. El mandatario aplazó un viaje a Florida previsto para el 27 de septiembre debido a la tormenta.
EF