La inflación de México se aceleró más de lo previsto en la primera mitad de junio, mostraron el jueves cifras oficiales, en medio de las expectativas de que el banco central vuelva a subir su tasa clave de interés pero en esta ocasión de forma más contundente.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) creció un 0.49% respecto a la quincena anterior, dijo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y anual en 7.88%.
La cifra estuvo por encima de lo esperado por el mercado dado que un sondeo de Reuters divulgado esta semana arrojó una tasa del 7.70% para el índice general, ligeramente abajo del 7.72% de la segunda mitad de mayo.
Banco de México, que tiene un objetivo permanente de inflación de un 3% +/- un punto porcentual, ha incrementado la tasa referencial en 300 puntos base en sus últimas ocho reuniones de política monetaria hasta su nivel actual de un 7%.
La tasa quincenal de inflación subyacente, vista como un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad, incrementó 0.5% y la anual un 7.47%.
El Inegi dijo que al interior de índice subyacente a tasa quincenal, los precios de las mercancías aumentaron un 0.64% y los servicios un 0.33%, mientras que en el no subyacente, también a tasa quincenal, los productos agropecuarios crecieron un 0.85% y los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno un 0.19%.
Banxico desesperado
El Banco de México (Banxico) hizo historia, por primera vez en sus más de 25 años de autonomía, el Banco Central aplicó un alza de 75 puntos base a su tasa de interés.
Con esto, el referencial se ubica ya en 7.75 por ciento como consecuencia de un ciclo alcista que comenzó hace casi un año, el 24 de junio de 2021. En ese tiempo, la institución ha aumentado la tasa de interés en 375 puntos base.
Jonathan Heath, subgobernador del Banxico, ya había adelantado que el consenso en la Junta de Gobierno apuntaba a un aumento de 75 puntos, incluso antes de que la Reserva Federal de Estados Unidos aplicara un ‘manotazo’ a su tasa de interés con el mayor incremento en más de 27 años.
La Junta de Gobierno, que tomó la decisión por unanimidad, señaló que “vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas”.
El Banxico dejó en claro que los aumentos a la tasa continuarán y no descartó aplicar un nuevo aumento de 75 puntos a la tasa “en caso de que se requiera”.
Ya son nueve alzas consecutivas al referencial del Banxico (las últimas cuatro de 50 puntos base) en un contexto donde la inflación se ha convertido en el ‘coco’ de la economía de México y el mundo. Justo este jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor se ubicó en 7.88 por ciento anual en la primera quincena de junio.
Los precios de la papa y otros tubérculos, pollo, electricidad, refrescos envasados y naranja contribuyeron a que la inflación se colocara en su nivel más alto desde la primera quincena de enero de 2001, cuando quedó en 8.37 por ciento.
La inflación lleva ya más de 15 meses fuera del rango objetivo del Banxico (3 por ciento, +/- un punto porcentual) y el pronóstico del mismo banco central es que el índice regresará a ese nivel hasta el primer trimestre de 2023, de acuerdo con su último reporte trimestral.
Un aumento a la tasa de interés tiene como principal efecto encarecer el costo del dinero lo que a su vez puede llevar a reducir el consumo interno y, por ende, ayudar a combatir la inflación.
El lado negativo de este remedio está, sin embargo, en el crecimiento de la economía. De hecho, en EU los aumentos que la Fed ha hecho a su tasa despertaron ya el miedo a una nueva recesión.
Esta semana, Jerome Powell, presidente de la Fed, hizo su reconocimiento más explícito hasta la fecha sobre ese problema, diciendo que es posible y calificando un aterrizaje suave como “muy desafiante”.