Cuando te aprieta el zapato, te lo cambias o te lastima el pie; como a la rana en el sartén solo el fuego abrupto la puede hacer reaccionar para que se ponga a salvo, ya que el calor que se incrementa paulatinamente, oculta el riesgo de la muerte bajo un velo de adaptación; del mismo modo que pasa con la rana, en Coahuila debemos reaccionar antes de terminar asados, las nuevas circunstancias, donde Trump apunta con odio al libre comercio y señala que grabará las mercancías de quienes saquen sus empresas de la unión americana para trasladar procesos a países como el nuestro, ponen en vilo la ampliación de la industria en ciudades como Saltillo, Torreón, Piedras Negras, Acuña, Monclova, Sabinas y todas aquellas donde el costo de la mano de obra y la cercanía con el vecino del norte permiten ahorrar millones de dólares al cambiar salarios generosos por sueldos bajos y obtener importantes exenciones de impuestos.
En nuestros estados fronterizos las condiciones que permitirán regresar productos terminados al mercado más dinámico y rico del mundo, nos hicieron perder de vista el grado de corrupción de nuestros políticos por el abundante empleo, pero puede que esta amenaza sea el empujón necesario para actuar ante un gobierno que abusa del crédito promoviendo la dadiva en campañas y sobre todo confeccionando fortunas desmedidas que ofenden a empresarios y productores nacionales que pagan impuestos, dejándolos como a los cubanos, marginados en su propia tierra ante las condiciones ventajosas que ofrecen a empresarios extranjeros, valga recordar el suelo regalado, los descuentos y exención de impuestos que se entregaron a empresas orientales, norteamericanas y de otros países en nuestro propio territorio, mientras se cobran altas tasas de interes a los empresarios nacionales sobre su nómina, no obstante que la creación de empleos es el argumento principal para beneficiar a los foráneos.
Siempre agradeceremos la confianza de cualquier inversionista en nuestro país, pero ¿Porque no hacer lo mismo con el capital nacional?
La corrupción y la impunidad se han convertido en una forma de vida difícil de erradicar en ideario nacional, por eso juzgamos como floja a nuestra población y suponemos que prefiere una despensa de 100 pesos a cambio de su voto, aun cuando el funcionario electo con su sufragio al final de su mandato le endosará una deuda de 11,000 pesos por cada miembro de su familia al votante.
No sé porque estoy seguro que la mayoría de los mexicanos preferimos abrir nuestros propios negocios en lugar de trabajar para terceros, pero nos han convencido de eso porque el camino para emprender se complica por gobiernos corruptos y reglas monopolistas.
Yo estoy convencido de que plantear un gobierno que facilite el emprendimiento y el autoempleo, es un buen argumento de campaña y la mejor herramienta para transformar al país, sin embargo, algunos amigos muy interesados en mejorar Coahuila, creen que sugerir a los coahuilenses que trabajando por uno mismo se puede tener éxito, sin la necesidad de dadivas del gobierno es una mala oferta electoral. Quizás no sea la mejor forma de ganar votos, pero tengo confianza en que revirtiendo las malas prácticas del gobierno y mejorando la economía el éxito está al alcance de todos.
Hoy piensa en tu hijos y en su futuro y decide si quieres que ellos se sientan capaces de construir una vida prospera y feliz con sus propias manos, o prefieres mantenerlos con la idea de que solo con el apoyo del gobierno se puede salir a delante, después de hacerlo piensa y define al candidato por el que vale la pena votar y aparta de tu cabeza a quien dice que esta es una visión inocente.
“Que Dios Nos Bendiga”
hlaredom@gmail.com