Si viajas al remoto archipiélago africano de Bijagós, puedes esperar encontrarte con un paraíso tropical de playas prístinas y una exuberante selva tropical.
Pero sus islas no solo son hermosas, también son un laboratorio natural que provee un escenario único para estudiar posibles curas para las enfermedades más mortales del planeta.
Este conjunto de 18 islas y 70 islotes ubicado frente a la costa de Guinea-Bisáu, en África Occidental, es el hogar de 30.000 personas con su propio idioma y tradiciones únicas.
También rebosa de vida silvestre, entre la cual está el hipopótamo de agua salada y la tortuga marina gigante, que crece en este rincón aislado.
Pero estas tierras tranquilas también albergan muchas enfermedades graves. La esperanza de vida en Guinea-Bisáu ronda los 60 años y se cree que en las Islas Bijagós esta cifra es mucho menor.
La malaria, una infección ocular grave llamada tracoma, la elefantiasis y los gusanos intestinales son algunos problemas particulares de esta zona.
Sin embargo, las islas también pueden guardar el secreto para combatir los mismos males de los que están plagadas.
Un laboratorio natural
Investigadores médicos llevan muchos años trabajando en este archipiélago para ver si pueden deshacerse de algunas enfermedades en algunas de las islas.
El motivo por el que las islas funcionan también como laboratorio natural es su carácter remoto.
Si bien esto mismo dificulta algunas actividades cotidianas, resulta una característica muy útil a la hora de intentar erradicar una enfermedad.
El agua crea una barrera natural que permite comprar diferentes métodos de control de enfermedades sin riesgo de contaminación cruzada entre los escenarios de las pruebas.
En áreas continentales, la gente puede entrar y salir de las zonas de pruebas, contaminándolas y complicando la tarea de determinar las causas y los efectos.
Las áreas insulares, en cambio, permiten medir con cuidado y precisión el impacto de cualquier intervención que se haga.
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El dispositivo “revolucionario” capaz de descifrar el ADN del parásito de la malaria.
Si bien existen muchos archipiélagos en el mundo, pocos tienen islas lo suficientemente cercanas entre sí para hacer posible trabajar en ellas, pero a la vez, lo suficientemente lejanas para minimizar la interferencia durante los experimentos.
También hay pocas islas de estas características que estén afectadas por tantas enfermedades.
Tracoma
Investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM por sus siglas en inglés) se centraron al principio en el tracoma, una enfermedad infecciosa que gira las pestañas hacia adentro. Afecta a 1,9 millones de personas en todo el mundo y, a nivel mundial, es la principal causa de los casos de ceguera que se pueden prevenir.
El pueblo donde la mitad de la gente puede quedar ciega
“Malaria de aeropuerto”, la insólita forma de contagio que afecta a personas que no viajaron a zonas endémicas.
El tracoma puede transmitirse si las manos, la ropa o las moscas infectadas entran en contacto con los ojos. Está causada por una forma de la bacteria de la clamidia y, a menudo, se propaga en áreas altamente pobladas que carecen de instalaciones sanitarias adecuadas.
La enfermedad está presente en 42 países y en un momento dado, en las islas llegó a haber aldeas donde todos los niños la padecían.
La doctora Anna Last, del LSHTM, identificó áreas de alto riesgo de tracoma antes de tratar a comunidades enteras con antibióticos para acabar con el ciclo de transmisión.
Las muestras recogidas con hisopos en el interior de los párpados antes y después del tratamiento ayudaron a los investigadores a detectar la enfermedad en una etapa temprana. También se están utilizando para identificar qué tipos genéticos de infección estaban presentes.
Esto podría mejorar la comprensión de lo que sucede después de erradicar la enfermedad a nivel local.
Si el tracoma regresa, se podrá determinar a partir de su cepa genética si proviene de una fuente externa o si vuelve a surgir dentro de esa comunidad.
trabajar, el 25% de las personas en las islas tenían la enfermedad. Ahora, solo el 0,3% de las personas la padecen.
Esto no solo está por debajo del umbral de eliminación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que significa que la enfermedad está casi erradicada de las islas, sino que las técnicas desarrolladas ahora podrían beneficiar al mundo en general.
Cómo llegar a las Islas Bijagos
De vez en cuando atrae a intrépidos exploradores, pero no es un destino típico de vacaciones.
Llegar a las islas puede ser traicionero, especialmente en la temporada de lluvias, cuando las tormentas pueden salir de la nada.
El viaje desde el continente toma por lo menos cinco horas en un pequeño ferry lleno de personas y animales.
Hay pocos centros de salud. El más grande se encuentra en la isla principal de Bubaque y los suministros médicos son limitados.
Aunque los profesionales médicos brindan la mejor atención que pueden, la lejanía y la inaccesibilidad a veces hacen que sea difícil.
Malaria
El tracoma no es el único problema que enfrentan las personas de Bijagós y ahora se está actuando sobre otras enfermedades que hay en las islas.
Nuestro enfoque actual es la malaria, que se propaga cuando los mosquitos hembra infectados con un parásito pican a un humano. Al principio, esto lleva a síntomas como fiebre y dolor de cabeza pero rápidamente surgen otros más graves. La malaria mata a casi medio millón de personas en todo el mundo cada año.
Dada la prevalencia de la malaria en las islas, donde una de cada cuatro personas están infectadas, no es sorprendente que haya mosquitos que sean muy buenos transmitiendo esta enfermedad.
De manera preocupante, también descubrimos que algunos eran resistentes a los insecticidas.
Esto significa que las formas más comunes de combatir la malaria -poner mosquiteros sobre la cama y rociar las casas con insecticidas- no funcionaría, lo que significa que es necesaria poner en marcha una estrategia alternativa.
Está a punto de ser aprobado un nuevo medicamento, que se transfiere al mosquito a través del torrente sanguíneo de la víctima cuando pica.
Los tratamientos anteriores han tendido a atacar el parásito de la malaria en el cuerpo humano. Pero este medicamento ataca tanto al mosquito como al parásito de la malaria, acortando su vida útil.
En esta prueba, todas las islas recibirán las herramientas de control estándar, como mosquiteros. Algunas, las islas en las que hay una “intervención”, también recibirán el medicamento. Otras, las islas “de control”, no lo harán.
Un equipo de isleños locales ha sido capacitado en habilidades médicas, como tomar muestras de sangre y procesarlas para detectar la malaria.
También han aprendido cómo recolectar e identificar mosquitos, con la ayuda de Ba, una persona de nuestro equipo de campo que espera convertirse en el primer entomólogo o especialista en insectos de las islas.
De cara al futuro
Aún queda por ver si este medicamento eliminará la malaria en las islas de una vez por todas.
De cualquier manera, es probable que las lecciones aprendidas de nuestros estudios tengan un impacto mucho más allá de las remotas Islas Bijagós.
Cada estudio nos ayuda a aprender sobre la enfermedad en sí misma y cómo se transmite, lo que da forma a la investigación futura.
En las islas, esto se puede hacer más rápidamente, con mayor control y precisión. Podemos ver cuáles son los efectos en un área definida, que llega a toda la población.
El proyecto LSHTM continuará en Bijagós durante al menos otros cinco años y, mientras tanto, es probable que sus hallazgos se utilicen para abordar enfermedades importantes, como la malaria, en otros lugares.
(BBC/News Mundo).