El primer ministro ha anunciado que por fin se podrá acceder al país, lo cual nos hace pensar que poco a poco nos vamos olvidando del COVID-19.
A principios de mayo, los ministros de turismo del G20 se reunieron en Roma. En dicha reunión sobresalió una declaración proveniente de Mario Draghi, el primer ministro de Italia quien dijo que el país reabrirá sus fronteras a partir de la mitad de este mes para que los turistas visiten el país europeo.
Esta noticia supone un cambio muy importante para la nación, puesto que varias localidades se encuentran en semáforo amarillo, lo cuál es señal de que poco a poco se está reactivando el turismo. Lazio (en dónde se encuentra Roma) y Lombardía son las dos zonas principales de Italia y en ellas hay toque de queda entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana.
Según el ministro de turismo de Italia, los visitantes contarán con un green pass, el cuál garantiza tres cosas importantes:
- Que el portador tuvo COVID-19, pero se recuperó.
- Que el apostador ya tiene la vacuna anti Coronavirus y ésta fue previamente aprobada por la Unión Europea.
- Que el portador haya dado negativo a la prueba de COVID-19 realizada al menos, 48 horas antes de llegar a Italia.
Esto es esencial porque hasta el 4 de mayo, los contagios en Italia sobrepasaron los 4 millones. En aquel país al menos 15 millones de personas ya están vacunadas con una dosis y 6 millones ya tienen las dos dosis.
Se planea que el green pass se extienda a toda la Unión Europea; sin embargo, el pase verde de Italia, todavía no está disponible, ya que Draghi espera la última aprobación y una vez que entre en vigor, podría ser una realidad en todo el continente.
Adicionalmente, el green pass estará disponible para todos los turistas de cualquier lugar que no pertenezcan a la Unión Europea, pero se restringirá para las naciones que están en la lista negra de Italia.
AD Arquitectura.