En lo que va del año se han registrado siete ataques de perros ferales o salvajes contra ganado de vacas y cabras en las comunidades de la sierra de Zapalinamé y Arteaga; estos depredadores se han convertido en un problema para la fauna al menos desde hace una década.
“Hicimos un recuento de ataques desde el 2012 hasta ahorita y tenemos alrededor de 37 eventos que han depredado ganado principalmente. Ahorita van siete ataques por perros ferales en el sitio, a ganado bovino y caprino principalmente, que son presas que pueden abatir”, informó Jorge Guerrero, director de Recursos Forestales, Vida Silvestre y Saneamiento Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila (SMA).
Por estos incidentes, el Gobierno de Coahuila ha pagado 600 mil pesos para indemnizar a los propietarios del ganado, ya que el Fondo de Aseguramiento ya incluyó las afectaciones provocadas por perros silvestres.
Jorge Guerrero, de la SMA, detalló que estos canes salvajes han sido vistos formando grupos en la sierra de Zapalinamé, en el cañón de San Lorenzo y en parte de la sierra de Arteaga, donde cazan fauna nativa como si se trataran de lobos.
Jorge Guerrero, de la Secretaría del Medio Ambiente del estado, apuntó que tienen identificados entre 17 y 25 perros ferales, y la dependencia ya formó una comisión para manejar esta problemática, lo que no significa que vayan a eliminarlos.
“Lo que hemos visto ahorita es que se están juntando en grupos como si fueran lobos y andan en la sierra de Zapalinamé varios grupos de perros ferales, que no tienen los mismos hábitos que un perro doméstico. Estos perros salen en la noche a cazar”, describió.
Además el director de Profauna, Sergio Marines, informó que han identificado dos jaurías de perros silvestres en la sierra de Zapalinamé, incluyendo el cañón de San Lorenzo, conformadas por 10 o 12 ejemplares cada una.
Hasta este mayo no se han presentado reportes de ataques de estos animales a los humanos, pero los visitantes a las áreas naturales sí han visto algunos canes rondando, lo que podría representar un riesgo.
Por eso la recomendación para los senderistas, paseantes o turistas es no ir solos, sino en grupos de al menos dos personas, ya que los perros atacan a las presas que consideran débiles; además no hay que tratar de confrontarlos, solo ahuyentarlos.
ABANDONO E IRRESPONSABILIDAD
La presencia de perros silvestres, ferales o salvajes en las áreas naturales de Zapalinamé y Arteaga se originó por el abandono de animales domésticos por parte de los habitantes de la ciudad de Saltillo.
“La gente desafortunadamente no lo quiere tener en su casa, va y lo tira en la sierra, con toda la irresponsabilidad del mundo y se deshace del ejemplar”, criticó Jorge Guerrero, de la SMA.
La mayoría de los perros abandonados en la sierra mueren, pero los que sobreviven carecen de cuidados y vacunas, pueden ser portadores de enfermedades, además de asilvestrarse y formar parte de las jaurías de depredadores.