La enaltecida Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila, que tantas glorias ha traído al estado; es hoy un polvorín. Ayer, salió por puertas el director académico (Carlos Alberto Arredondo Sibaja), tras una sesión extraordinaria del Consejo Universitario. Dado de baja como director y suspendido por 6 meses como maestro. Por la cocina, desalojaron a Carlos Alberto.
¿La cabeza del odiado director, fue ofrendada como salvación irredenta por Ríos Vega, a sabiendas que nadie salvaría su caída… o la de ambos?
Arredondo Sibaja, un Ingeniero que decidió estudiar leyes en reciente etapa, que lo hizo en aulas de una universidad ajena a la UAdeC (la UVM, que entendemos, sin asegurar, que no está reconocida por ésta), vino con su amigo Ríos Vega, coordinó su campaña, impuso la mano dura extrema y se convirtió en el poder tras el trono. Se regalaron estancias académicas y con goce de sueldo, incluso, ejerciendo el cargo en la Facultad, vía satélite desde Washington. Usaron el ramplón presupuesto, para darse vida de jeques.
El prestigiado catedrático y penalista, don Antonio Berchelmann Arizpe, defendió al director. Dijo, que académicamente, era el mejor. Y.. quienes somos nosotros, para contradecir al Dr. Berchelmann, pero el tema no es la calidad académica sino la forma de gobernar. Luis Efrén perdió el piso: distrajo el presupuesto para darse vida de magnate en un recinto austero, se cerró en banda con el alumnado y maestros disidentes (que hoy son la inmensa mayoría), practicando actos de despotismo, como aquellos del tiempo de Maquiavelo.
Llegó a reprobar a todo un grupo de clase, solo por contradecirlo.
Dio facultades “metaestatutarias”, a sus dos o tres lacayos, en especial al dimitido director académico, Ingeniero Arredondo (Si-baja). La censura, el espionaje y el gobierno dictatorial, son la cara administrativa de la Facultad. Los alumnos organizados y en protesta (pacifica hasta ahora), han elevado sus quejas por mal trato, desviación de fondos y hostigamiento a líderes, al grado de trascender a redes sociales y medios. El prestigio de la escuela, barre los suelos mediáticos.
Ayer, en sesión de consejo, quedó pendiente el referéndum solicitado por más de 400 alumnos (que son mayoría). Mediante este procedimiento, establecido en los estatutos universitarios, se votaría la permanencia o no del director. Un argumento sacado de la manga, (el de verificar en el padrón de la facultad que los 400 firmantes son alumnos y que el padrón no lo encontraban), difirió la sesión para hoy. Los alumnos fueron citados a las 8 am, y nadie los atendió. Luis Efrén gana tiempo para manzanear maestros y alumnos (y quizás para pedir ayuda a las alturas), pero sobre calienta el enrarecido ambiente. La suerte está echada. ¡Réquiem por un director!
La rectoría y el rector, Blas José Flores Dávila, han guardado silencio, su criterio es el de respetar una controversia de los alumnos, en tanto no se salga del orden establecido y todo se conduzca por los canales legales de la institución.
¡La prudencia es buena consejera!
Antecedentes.
Queriendo pasar a la historia o deseando hacer un trabajo académico que lo distinguiera del resto de directores que lo antecedieron (algunos son maestros eméritos y juristas muy reconocidos), el Dr. Luis Efrén Ríos Vega tomó un camino difícil. Declaró que el plan de estudios era obsoleto, que el derecho tradicional no era la senda moderna para educar a los nuevos abogados.
Los derechos humanos y otros temas que solo eran materias, coparon las clases del plan de estudios en tránsito (no puedes cambiar a los que ya cursan semestres con un plan). Innovó un Plan de estudios, a su forma de pensar: Chocó de frente con los catedráticos.
Dejó en manos de otros el manejo del presupuesto. Privilegiaron la decoración de su espacios privados y oficinas particulares en la facultad, soslayando lo raquítico del dinero y por ello, dejando en espera las mejoras urgentes a las aulas, salones y equipos, que son de uso rudo por más de 30 años. Hay hundimientos en medio edifico, por humedades y raíces de árboles, que son accidente en potencia.
Las becas se redujeron, quedaron las sufragadas por convenios externos y por la universidad. Fueron amenazados alumnos dirigentes, con cancelar sus becas.
Con su llegada, no solo fueron corridos los funcionarios de la dirección, quitó a maestros de años, para darles las clases a sus allegados (algunos sin antecedentes pedagógicos), con ello afectó economías y genero enconos internos.
Hubo episodios de enfrentamiento personal con alumnos (del propio director), incluso en redes sociales. Nunca cuidó su imagen y el respeto a la investidura.
NOTA. Ha sido convocado el Consejo Universitario de manera extraordinaria a las 17.00 horas. Ahí, amén de los acuerdos pendientes, se conocerá la renuncia del director.
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