La afectividad familiar es la base para desarrollar en nuestros hijos seguridad y confianza en ellos mismos y en los demás. Con el afecto conseguimos regular emociones, si nuestros hijos reciben afecto serán más resistentes al estrés y las contrariedades de la vida.
Debemos expresarles afecto de manera verbal y no verbal, las normas deben ser aplicadas con afecto y con respeto. Nuestros hijos deben ser conscientes de que tienen nuestro apoyo y cariño incondicional a pesar de que en ocasiones su comportamiento no sea el esperado.
Para crear un buen clima familiar de afecto debemos:
- Expresar afecto y ternura con palabras, gestos, miradas, abrazos…
- Ser empáticos, ponernos en lugar del otro, comprendiendo cómo se siente.
- Apoyarles.
- Compartir emociones.
- Aceptar la individualidad de cada miembro de la familia.
- Favorecer la autonomia.
- Conversar sobre lo que es importanteen sus vidas, estar disponibles cuando quieran hablar con nosotros.
Nuestros hijos/as necesitan sentir que son valiosos para nosotros, que les respetamos y queremos, que aceptamos sus limitaciones y errores.
Cuando nos falta afecto aparece inseguridad y un vacío emocional. Por ello debemos favorecer un buen clima familiar, favoreciendo la comunicación, afecto, normas, confianza y un ambiente cordial y de respeto.