¡La decisión está tomada!

¡Anular la elección de Coahuila es solo cuestión de tiempo (semanas)!

A quién quieren engañar con los eventos de publicidad gubernamental. A estas alturas del desfile no engañan a nadie, ni a sus pagados del voto duro que ha costado 15,000 millones desde 2009 a la fecha.

Que risa, el INE temblando por dictaminar que se rebasaron topes por 8%, cuando desde el gobierno han despilfarrado miles de millones en un proyecto fallido.

“Consiguieron” ante Ochoa Reza, (el fiel a “V”, Videgaray), que Riquelme hable en la 22 asamblea del PRI, el 12 de agosto. Anunciaron la Entrega-Recepción con un gabinete de transición de puros empleados de Moreira, de puros delicados personajes. Y dicen que mandarán a la China al delfín atufado, jaja, a promocionar empleo. Prometieron otro inútil teleférico para Saltillo, (y varios empresarios lloraron de emoción financiera).

¡Todo este guión mentiroso, no vale nada! 

Un  “instrumento cortante como un hacha, espada, motosierra, cuchillo, o mediante una guillotina”, caerá sobre su cabezas (los decapitará). La cita es en septiembre, han demorado al “independiente TRIFE” para que la asamblea tricolor (donde define plataforma para designar candidato a la presidencia), no tenga sombras mediáticas.
Lo que sí, al alargar los tiempos para que trabaje el TRIFE las denuncias, los juicios interpuestos por el PAN y aliados y por el Frente Por La Dignidad de Coahuila, lograrán (a querer y no) que se reduzca el tiempo para la realización de una nueva elección, antes de terminar el sexenio actual (30 de noviembre). Dos meses si son suficientes (octubre y noviembre), si se dispensan campañas.

Lo que va pareciendo “natural” es: 

Anular la elección entre septiembre y octubre. Que termine (como termine) la actual administración (si termina) y a partir de las primeras horas del 1 de diciembre, se instale el nuevo congreso y éste designe un GOBERNADOR INTERINO, por un año. Por ser un periodo sin elección, el Interino no tendrá que pertenecer a ningún partido.

Convocar a una  nueva elección de gobernador (y total, quizás), en fecha igual a la federal (1 de julio del 2018). Ese día se eligen 8 gobernadores, 30 entidades renuevan congreso o alcaldías, se renueva el pleno del congreso federal (218 senadores y 500 diputados), y se elige presidente de la república. Coahuila, por fin, empataría el calendario estatal con el federal, evitando gastos electorales y empezando con el nuevo gobierno federal.

Solo como dato cultural: 

Rubén Moreira ya no será gobernador, el delfín Viggiano-Moreira será condenado y ya no contenderá, el congreso será nuevo y la mayoría no será del PRI. El moreirato llega a su fin. Sea quien sea el nuevo candidato del PRI, es previsible que perderá estrepitosamente ante un frente unido y alineado en una sola candidatura.

Los juicios comenzarán (debidos procesos, sentencias y cárcel; la requisa de propiedades y del dinero del peculado). El gobierno tomará orden con el interinato y la purga soltará los intestinos del gobierno para que el nuevo sexenio 2018-2023 (el de la reconstrucción), facilite su sinuoso tránsito.

La luz al final del túnel será un faro guía. La dignidad triunfará ante el mal y la esperanza subyacerá en las almas buenas. Coahuila unido y dando gracias a Dios, recoge del fango su prestigio y una nueva era de renaciente fervor coahuilense, nos convocará a rescatar la fe en nosotros mismos.

Coahuila es bendecido, ¡démonos cuenta y actuemos en consecuencia!

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