En un comunicado emitido este miércoles, la Diócesis de Saltillo dio a conocer una serie de cambios en su estructura pastoral, implementados por el obispo Hilario González García. Entre los nombramientos destaca el traslado del sacerdote Jesús Pedro Oyervides, quien dejará de oficiar en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima para asumir sus nuevas responsabilidades en la parroquia de Nuestra Señora de Atocha.
El anuncio, realizado a través de las redes sociales oficiales de la Diócesis, incluyó una invitación a la comunidad católica para unirse en oración por el Padre Oyervides y la comunidad que lo acoge: “Pidamos al Señor por el Padre Chuy Pedro y la comunidad que lo recibe, para que sea Pastor según el corazón de Cristo”, reza el comunicado.
Además del cambio del Padre Oyervides, se dieron a conocer otros tres importantes nombramientos. El Pbro. Jesús Eduardo Neri Frías asumirá el rol de párroco en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, mientras que Néstor Daniel Martínez Sánchez ha sido designado como párroco de la comunidad de Santiago Apóstol en Monclova, Coahuila. Por su parte, el Pbro. Eduardo Sosa Nava fue nombrado vicario parroquial de la comunidad de Santa Teresita del Niño Jesús en Saltillo.
Estos cambios forman parte de una serie de decisiones estratégicas del obispo Hilario González, quien desde su llegada en 2021 inició un proceso de “renovación” en la Diócesis, que incluyó la remoción de Gerardo Escareño, quien durante 23 años ocupó el cargo de Vicario General, y el traslado del rector de la Catedral de Saltillo, Plácido Castro Zamora, quien fue enviado como párroco al templo de San Juan Nepomuceno. En su lugar, asumió el sacerdote Juan Manuel Ledezma.
El Pbro. Jesús Pedro Oyervides había sido nombrado párroco de la iglesia de Fátima en marzo de 2016 por el entonces obispo Raúl Vera, quien exhortó en aquel momento a la comunidad a colaborar con él en su misión de evangelización y en las actividades de beneficio para la población.
Nostalgia
“Yo soy un padre muy humano con la gente, disfruto mucho lo que hago y de las personas y del trato que les doy. Todos, hasta los niños me dicen Chuy Pedro, no me dicen padre y no es que me falten al respeto”, dijo el sacerdote a su llegada al templo de Fátima en 2016.
Chuy Pedro estuvo un tiempo en la parroquia del Sagrado Corazón, en Virreyes y en Arteaga, España y una “temporadita” en Brasil.
A su llegada a la parroquia de Fátima, la forma de escuchar la misa dio un giro de 360 grados. Antes de él en ese tempo oficiaba el padre Usabiaga, difícil de “llenar sus zapatos”.
La misa de los niños, a donde acudían pocos nenes, luego de la llegada de Chuy Pedro el templo de Fátima resultada insuficiente. El párroco utilizaba una botarga para difundir la Palabra de Dios.
“Los títulos te sirven para algo, para servir, no para tenerlos colgados. Lo que estudias te sirve para servir y hacerte más abierto con la gente, condenas menos, juzgas menos, te vuelves más tolerante, más sencillo”, declaró en ese entonces el párroco.