Hace cuatro años, Bill Gates llegó a afirmar que, si pudiera retroceder en el tiempo, fundaría una compañía de inteligencia artificial.
Lo cierto es que, en nuestro rincón del multiverso, Bill Gates no tuvo problemas en convertirse en el hombre más rico del mundo gracias a que su compañía, Microsoft, se posicionó como líder en el mercado de los sistemas operativos con interfaz gráfica (GUI).
Ayer, publicaba un artículo en su blog personal titulado “La era de la IA ha comenzado” en el que afirmaba hacer presenciado “dos demostraciones de tecnología que me parecieron revolucionarias”:
- La primera, en 1980, fue la del concepto de GUI, con todos esos elementos que hoy damos por sentado en la informática personal: ventanas, menús, punteros de ratón…. Y todavía faltaban 5 años para que Windows 1.0 saliera al mercado. Fue Charles Simonyi (creador del primer procesador de textos gráfico y de la famosa notación húngara) quien se lo mostró, cuando aún trabajaba para Xerox PARC. Terminó fichándole para crear MS Excel.
- La segunda tuvo lugar en septiembre del año pasado, cuando presenció a GPT-3.5 (el ‘cerebro’ de ChatGPT, que aún no había sido lanzado al mercado) obtener la máxima nota en el examen AP Bio y, a continuación, contestar de manera impecable a una pregunta como “¿Qué le dirías a un padre con un hijo enfermo?”.
“Sabía que acababa de ver el avance más importante en tecnología desde la interfaz gráfica de usuario“.
Según explica Gates, llevaba reuniéndose con el equipo de OpenAI desde 2016, y estaba “impresionado por su progreso constante”. Fue él quien les sugirió poner a prueba a su nueva IA con un examen de biología avanzada.
“Pensé que el desafío los mantendría ocupados durante dos o tres años. Lo terminaron en solo unos meses”.
Copilot(o)s para todos
Según explica Gates, todo lo experimentado con GPT le motivó a pensar “todas las cosas la IA puede lograr en los próximos cinco a 10 años”:
“El desarrollo de la IA es tan fundamental como la creación del microprocesador, la computadora personal, Internet y el teléfono móvil. Cambiará la forma en que las personas trabajan, aprenden, viajan, reciben atención médica y se comunican entre sí. Industrias enteras se reorientarán a su alrededor. Las empresas se distinguirán por lo bien que lo usan”.
Según Gates, el hecho de que gran parte de la industria del software esté dirigiendo su atención a la inteligencia artificial, logrará que las innovaciones sean “mucho más rápidas de lo que experimentamos después del avance del microprocesador”.
Y hace una afirmación que puede sorprender viniendo del padre de MS-DOS:
“Pronto el período anterior a la IA parecerá tan distante como los días en que usar una computadora significaba escribir en un mensaje C: > en lugar de tocar en una pantalla”.
Para Gates, el auge de ChatGPT y de IAs por el estilo condena a las ventanas y cursores al mismo rincón de la historia en el que ya reposa la línea de comandos… aunque lo cierto es que, por ahora, los prompts que usamos para manejar tanto los chatbots como los generadores de imágenes recuerdan mucho a aquella época ya “olvidada” (el mismo concepto de ‘prompt’ procede de esos tiempos).
“Eventualmente, su forma principal de controlar una computadora ya no será señalar y hacer clic o tocar menús y cuadros de diálogo. En cambio, podrá escribir una solicitud en inglés simple ”.
“A medida que la potencia informática se vuelva más barata, la capacidad de GPT para expresar ideas será cada vez más cercana a tener un trabajador de cuello blanco disponible para ayudarte con diversas tareas. Microsoft describe esto como tener un copiloto”.
“Pase lo que pase, el tema de las IA dominará la discusión pública en el futuro previsible.”
“Cualquier nueva tecnología que sea tan disruptiva seguramente inquietará a las personas, y eso es cierto con la inteligencia artificial. Entiendo por qué — plantea preguntas difíciles sobre la fuerza laboral, el sistema legal, la privacidad, el sesgo y más. Las IA también cometen errores de hecho y experimentan alucinaciones”.
Eso sí, Gates no considera que la tendencia observable en los chatbots a inventarse datos, o los problemas que muestran con el razonamiento matemático sean “limitaciones fundamentales de la IA”, y confía verlos solucionados en dos años o menos.
Mientras tanto, “los gobiernos deben ayudar a los trabajadores a hacer la transición a otros roles. Pero la demanda de personas que ayudan a otras personas nunca desaparecerá. El auge de la IA liberará a las personas para hacer cosas que el software nunca hará, como enseñar, cuidar a los pacientes y apoyar a los ancianos”.