¡La Esperanza de México!

El estado nacional está en total degradación.

Los políticos apátridas, hijos del mal, desbarataron a México y lo vendieron en pedazos: entregaron el país a los narcos, a los ladrones, a los criminales, a los grandes proveedores (a cambio de Casas Blancas) y a los extranjeros. Muchos de estos políticos de alma negra, forman parte de los criminales.

Son ellos… ¡el crimen organizado, desde el poder!

El atraso nacional

El atraso nacional es evidente en todos los renglones: economía, política y estado social. En seis años, fueron perdidas las variables macroeconómicas, (rescatable herencia de los 12 años del PAN-Gobierno). La microeconomía se deja en franca quiebra, (mas millones de pobres y una tercera parte del país, empobrecida). El acceso al bienestar social, vetado. Malos salarios y poco empleo. Los mexicanos robados, pobres, criminalizados y sin oportunidades.

La política, degradada al peor extremo de la historia. Los partidos políticos convertidos en clubes de bandidos y cofradías del mal. La delincuencia apoderada del territorio y los ríos de sangre fluyendo caudalosos. Y todo porque son un espejo de la narcopolítica, los sobornos y las complicidades.

La sociedad está fragmentada, enfrentada, sin aliento y encabronada. Votó por esperanza y odio. No ve la suya el fregado pueblo y el gobierno es su peor enemigo.

Este gobierno sexenal que cual dislate todo encabezó Enrique Peña Nieto, ha resultado desastroso. Peña y sus cómplices y corruptos gobernadores, saquearon al país, ensuciaron el nombre de México y contaminaron todo de inmundicia.

La Esperanza

Aun para quienes, allende el voto secreto, saben que no votaron por López Obrador, subyace una fuerte esperanza de que el deplorable estado de las cosas, cambie para mejorar. Para los tantos que si votaron por MORENA y por AMLO, no hay duda de que el México bandido pronto será historia.

A querer y no, Andrés Manuel ha generado una gran expectativa. Muchos millones de mexicanos lo creen capaz de: Transformar la corrupción en decencia, de poner orden en el gobierno federal y en los gobernadores libertinos, de llevar una vida política (personal e institucional) austera y honesta, de corregir leyes aviesas, de purgar la nómina y recortar la burocracia, de animar el empleo y subir los salarios, de revivir el agónico campo, de reconvertir los indecentes programas sociales y transformarlos en auténticos apoyos al pobre y al emprendedor, de rescatar a los jóvenes de la apatía y la inactividad, de reconvenir la estrategia de seguridad (formando policía honorable y ciudadana y regresar a los soldados a los cuarteles)…

Esto, entre mil y una cosas más (prometidas o solo esperadas, esperanzadas).

Por México

Ya no hay ocasión para el chantaje político, son tiempos de ir todos POR MÉXICO.

Los grandes perdedores (PRI, PAN, PRD y sus aliados) están en busca de escenarios donde acomodarse, pero ello puede distraer sus empeños de la prioridad: La reconstrucción nacional.

Esperanza es esperar. Yo espero en AMLO, ¿tu esperas, tienes esperanza, quieres recuperar el México pujante, emprendedor, dinámico, feliz, creyente, honesto, exitoso, innovador, pacífico y pacificador, moral y ético, generoso y solidario?

México no resolverá mágicamente sus graves padecimientos en seis años, pero sí, con la buena voluntad de todos y el apoyo general, enfrentará los desafíos que el horizonte le presenta, con determinación al andar y ética al actuar.

Debemos dar un voto de confianza al nuevo Presidente y a su equipo. Más nos vale salir del pozo y empezar a caminar derecho.

La moraleja

Los políticos no deben estar solos haciendo planes unilaterales una vez que ya tienen el poder. Urgen ser acompañados de la sociedad, para alentarlos en su quehacer y para enmendarles la plana cuando se distraen y pierden de vista la senda de la verdad y la justicia.

El poder embelesa y ese embeleso solo es sano si es para México.

“México creo en ti”, cantó un poeta a su amada Patria.

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