La familia tiene un papel fundamental en el desarrollo de sus integrantes.
Para las personas, la familia es el primer espacio donde aprendemos a desenvolvernos como individuos que integran una sociedad. Es mediante la interacción con nuestros padres y hermanos que formamos nuestro carácter y valores. Cuando la familia tiene un integrante con algún tipo de discapacidad debe entender que para esa hija/o las primeras experiencias y/o recuerdos son fundamentales e influyen en su desarrollo y crecimiento, es decir, los prepara para su participación en la sociedad.
Primero debemos de entender que la familia es la precursora de la diversidad e inclusión ya que al estar en convivencia con los padres, hermanos y hermanas, primos, tías/tíos, etc., ya estamos viviendo y conociendo la diversidad. Es en la familia donde se hacen visibles las primeras diferencias físicas, cognitivas, psicológicas y sociales, por lo tanto, es el primer lugar en donde aprendemos a respetarnos unos a los otros.
Deberíamos de estar de acuerdo con el dicho “la mejor escuela es el hogar” todo lo que uno vive y aprende dentro de casa, lo aplica fuera de esta. Para una persona con discapacidad, la familia debe de enseñarle a ser autónoma e independiente ¿cómo? Potenciando sus habilidades y evitando actitudes de sobreprotección y codependencia.
La familia nos da seguridad, nos enseña a enfrentarnos a situaciones tanto internas como externas, y nos acompaña durante el proceso. Muchas veces siendo mamá o papá, queremos ser los superhéroes de nuestros hijos y protegerlos de todos y todo, pero sabemos que eso no se puede y no es conveniente.
La autoestima es fundamental para todas las personas y la familia representa un enorme papel para su desarrollo en cada una de las personas que la componen. Imaginemos que una niña o niño no se siente escuchado, apoyado o simplemente tiene falta de confianza en sus papás; ese niño/a va a comenzar a imaginar que no vale lo suficiente y corre el riesgo de ir sumando esas ideas con otros pensamientos negativos que van dificultando su autoestima y, por consiguiente, su desarrollo.
A continuación, te compartiremos algunas estrategias a considerar para mejorar el apoyo familiar a una persona con discapacidad:
- Entender y hablar acerca de la discapacidad con toda la familia y no sólo con la nuclear.
- Evitar las actitudes de sobreprotección, es decir, eliminar expresiones como: “no puedes” o” nunca lo vas a lograr así”. Intentar cambiarlas por: “inténtalo de nuevo”, “¡no te desanimes!, tú puedes”, “no te rindas”.
- Incluir a la conversación el reconocimiento de habilidades, talentos y áreas de oportunidad de todos los miembros de la familia.