En esta época compartir las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos.
Es un tiempo para renovar la fe en Dios, amar a los demás, y poner en alto el amor y paz. Para ello es fundamental compartir con los hijos los valores y enseñarles que la felicidad no solo está en los obsequios y en los regalos materiales.
Lo primordial es disfrutar con alegría y espiritualidad. Transmite a tus hijos el mensaje de renovación de fe y la alegría que acompaña las tradiciones navideñas. Estas son maneras de cultivar el espíritu y encontrar felicidad en el interior de cada uno. Reflexionar y orar juntos, hablar sobre el significado de la Navidad en las distintas tradiciones religiosas, contar anécdotas sobre la celebración de estas tradiciones en la familia, son una manera de fortalecer el espíritu navideño.
Compartir con las personas queridas, para dar, no solo para recibir. La Navidad es tiempo de costumbres que invitan a participar de un mensaje de amor y de entrega. Motiva a tus hijos a pensar en los demás sin limitarse a sus amigos cercanos o conocidos. Enséñales a compartir con aquellos que lo necesiten, a ser solidarios y a estar dispuestos a dar desinteresadamente. No obsesionarse con la lista de regalos.
Pedir desde el corazón tiene un gran valor. Por ejemplo, la salud de un familiar el bienestar de los amigos o vivir en armonía. Adicionalmente no todos los obsequios que se hacen en navidad deben ser comprados. Puede regalar una tarjeta o hacer una invitación a comer. Ante los cambios del mundo moderno, muchas de estas tradiciones se han ido perdiendo.
En efecto, muchos niños parecen ajenos a los rituales familiares de antaño. Estas celebraciones en familia crean vínculos emocionales de amor y la alegría. Así que aprovecha para rescatar, con tus hijos, tradiciones como cantar villancicos, hacer recetas e intercambiarlas con los vecinos, contar historias de navidad, hacer manualidades o jugar aguinaldos.
Ante todo, mantén una actitud amorosa, generosa y alegre es lo mejor para trasmitirle a los niños.