Se asustan de que la oposición que queda en Coahuila crezca por la elección de gobernador, pero no se detienen a ver que la corrupción de los hijos… de Moreira, es despiadada, generalizada. Insultante.
La llegada de Román Alberto Cepeda González a la alcaldía de Torreón es para la Región Laguna, la calamidad más severa de la última época. Íntimo de Riquelme y juguete de Moreira (de las mismas inclinaciones, muy suyas, que caray); ese es Román, un tipo gris, con suerte (la Vedette de Jimulco, dice el Justiciero del Tribunal).
Miguel Riquelme fue impuesto por la dupla malvada que forman Rubén Moreira y Carolina Viggiano, para robase todo (trabajo corrupto que Riquelme hizo magníficamente), al grado de que, a dos años y meses de alcalde en que Miguel pidió licencia al cargo, la elección municipal fue perdida por el PRI.
Entonces, el PAN que se decía enemigo del PRI, ganó con Jorge Zermeño de candidato. Zermeño ya había sido alcalde, diputado federal y candidato a gobernador, tenía todo para más pero se entregó al PRI, al final, por eso “gana” la alcaldía, en venganza, un tipo afeminado, muy corrupto y con aires de grandeza.
Muy bandido
Los negocios de Riquelme y del Gordo Moreira habían sido interrumpidos al perder la alcaldía, hambrientos, llevan al poder a Román y ahí sigue la carroña a corromperlo todo, a ser hienas políticas.
Román Alberto se descara pronto.
Millones danzando por el Paseo Colón, Las Trojes y mansiones de Riquelme, por ranchos de Cepeda González y negocios corruptos, donde aparecen Riquelme y prestanombres: Villarreal, Cepeda, Herrera, y un largo etcétera.
Riquelme tiene otras mansiones en Las Villas en Torreón (fraccionamiento de los ricos nuevos), Cabañas en Saltillo y en San Pedro Garza García (vecino de Rogelio Montemayor).
Román vive en un Los Azulejos, un ex Club de Golf, uno fraudulento que terminó en juicios y que Román “compró todo”… ¿con qué dinero?, ¿del lavado?
Todo “se está documentando para ir siendo publicado en estos días de campañas”, esto me indica el prestigioso periódico digital donde escribo (Columnas De México).
Desde el inicio
Román fue corrupto desde el inicio. Nieto de un exGobernador, heredó millones y ranchos carranceados, heredó igual las ansias de acaparar y de enriquecerse.
Mal llega a la Presidencia Municipal “gasta más de 2 millones en remodelar su oficina”, ya había sido remozada por Zermeño, dos años antes, pero quiso construir hasta un camerino tipo teatro, con todo y maquillista.
La vanidad de Román raya en lo exagerado, el contraste del gasto en imagen y el gasto corriente son insultantes ante la pobreza creciente de los barrios de Torreón, ante la falta de drenaje pluvial y la escasez de agua potable, que se mejora en parte con los recursos federales directos del lento programa: Agua Saludable Para La Laguna.
El más corrupto de los 38 alcaldes es Román Alberto Cepeda. Su hermano Carlos Román fue alcalde hace años, dejó el cargo sin mayores reclamos… ya lo extrañan en Torreón.