Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, según la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad (Artículo 22, DH).
La migración irregular es ahora un hecho común y hasta urgente para millones de personas en el planeta, personas, que al emigrar exponen su vida y la de sus hijos buscando cubrir sus necesidades básicas; los migrantes no autorizados o “extranjeros ilegales” enfrentan una mayor exclusión, persecución y peligro, por lo que es necesario ubicar su humanidad fundamental en primer plano porque los derechos humanos trascienden la ciudadanía nacional al ser universales, indivisibles, inalienables y transportables: “Toda persona tiene derecho a ser reconocida en todo lugar como persona dotada de derechos y obligaciones y a gozar de los derechos civiles básicos” (OEA, Art.17).
El éxodo de los centroamericanos no es por el sueño americano, es porque necesitan salvar la vida ante gobiernos tiranos y dictatoriales, los que ahora están enfurecidos porque los migrantes están visibilizando la crueldad, la injusticia y la opresión a las que son sometidos por sus gobernantes, el dolor de los migrantes no surge de la nada, nace de las desapariciones, las violaciones de niñas y mujeres de todas las edades, los crímenes, las extorsiones, la falta de trabajo, la tortura, los incontables despojos por parte de gobiernos coludidos con la delincuencia organizada y el gobierno norteamericano, quienes intentan incluso criminalizar la solidaridad con las personas en tránsito, de manera que su situación es tan o más terrible que la que padecen los países en guerra, ellos se han unido para huir del infierno, porque saben que tienen derecho a la vida (Bartolo Fuentes, periodista).
El gobierno mexicano de Peña Nieto instauró una estrategia hipócrita hacia las caravanas, por un lado declara: “Bienvenidos, esta es tu casa”, pero en los hechos los gasea, los coacciona, los persigue, los intimida, aunque por otro lado los caravaneros reconocen la enorme solidaridad del pueblo de México, lo que está claro para los Centroamericanos es que los gobiernos no quieren cumplir con las leyes internacionales que han firmado respecto a sus derechos humanos.
Los caravaneros hondureños cumplirán el próximo martes 13 un mes de venir caminando y se han detenido a descansar en la CDMX en donde los jefes de gobierno, el que está en funciones y Claudia Sheinbaum, Jefa electa los recibieron brindándoles albergue, atención médica, alimentación y hasta recreación ya que diversos grupos artísticos los han alentado en su marcha, aunque no cabe duda que los hondureños llegaron a la CDMX en un mal momento debido a la suspensión temporal del servicio de agua, el que agobia a toda la población citadina, las autoridades realizan un censo que dé certeza de la cantidad y nacionalidad de los que integran la caravana, hasta ayer habían registrado a 5,500 personas, el 80 por ciento hondureños.
Hay quienes sostienen que las de los centroamericanos no son caravanas, se trata, de verdaderos éxodos, una diáspora en la que no habrá regreso aunque algunos hayan optado por volver a sus países, pero son una minoría. Un grupo llegará Saltillo, a la casa del migrante, según información proporcionada por el Padre Pedro Pantoja, ahí se les dará alojo, nuestra solidaridad será fundamental, aquí los militantes de Morena están organizando actividades para asegurarles una estancia digna, harán falta médicos, enfermeras, alimentos, ropa, cobijas, zapatos y voluntarios para la organización de actividades, entre lo más elemental.
Posdata
Faltan 22 días para que el presidente electo rinda protesta, el próximo 1° de diciembre, a las 11 de la mañana arribará al Palacio legislativo de San Lázaro y el diputado por Morena, Porfirio Muñoz Ledo lo investirá con la banda presidencial.