La Nao de China….

Setenta años de comunismo en China, enmarcan este milenio, en una paráfrasis de ideas antiguas, que resaltan y contrastan con la dinámica especial de hacer las cosas en las ultimas décadas, en las que parecería no han pasado para la milenaria nación.

Dueños de una cultura madre de otras, profunda, obscura, embriagadora, insensible y vigilada por millones de rasgados ojos, como milimétricas ventanas a lo desconocido, los chinos traspasaron el siglo con solo dos formas de gobernar, un imperio, que sobrevivió a los muchos días y que hacia 1949, no aguanto más y sucumbió ante los aguerridos comunistas que invadieron la gran nación como una epidemia letal.

La figura del pastor de ovejas, que llego a comandar la nación con más población del planeta, en una entroncada red de culturas, ideas, formas y políticas. Que logra el respeto de Occidente y que ahora invade los mercados mundiales con obra barata, parece fusionarse con la del hacedor de grandes acuerdos y formador de una patria con identidad y fortaleza.

Años de confusión y encerramiento en la tierra continental china, precedieron a la llegada al poder. Los intentos de acercamiento de Mao a los gringos, que tanto combatió, se dieron gracias a la estrategia del Dr. Kissinger, judio con la sierra siempre bien afilada.

Kissinger, a orden de Nixon, llego a escabullirse en reuniones de embajadas de países afines a Mao, como Pakistán y Yugoslavia, para lograr un acercamiento con Mao. Acto logrado en 1972.
Señalaba constantemente que le encantaba tratar con los derechistas, porque “Dicen lo que sienten realmente, no como los izquierdistas que dicen una cosa, pero quieren decir otra.”.

Se decía rodeado de enemigos por la posición de Rusia, Japón y la India, pero no dudo en invadir el Tibet y Corea, en cuanto tuvo oportunidad.

Murió Mao y China vive hoy con la misma Ideología, pero con distinto sistema económico. Primero el Jefe Zhu y hoy Xi Jinping consolidaron la apertura comercial a occidente, países como Japón, Taiwán, Usa, Singapur, Corea, Reino Unido y Alemania, suman ya en este año cerca de 646 mil millones de dólares en inversiones en la China Oriental, que incluye las provincias de Shanghái, Beijing, Fujian y Jebel entre otras, esto sin incluir la estratégica nueva provincia China de Hong- Kong. Televisores, teléfonos celulares, aparatos fotograficos, videos, motocicletas y computadoras, son ahora chinas de preferencia con un costo muy inferior a las famosas marcas japonesas.

China a conquistado mercados muy reservados con asociaciones estratégicas con grandes compañías como: General Motors de la que surgió la empresa Shangai Automotive Industry, en un proyecto de más de 3500 millones de dólares; otra sociedad con Sony, produce aparatos electrónicos que se venden abajo del precio en los Oulet Mall, s en toda la unión americana, sin contar con las operaciones de otras empresas multinacionales.

Quienes ven en China una simple amenaza están equivocados, ya se transformó, es una ola devastadora que esta arrasando los mercados a su paso.

Sin embargo a nuestro país, ha llegado la invasión de una nueva Nao de la China, distinta a la ancestral que mercadeaba en la Colonia finas sedas, cerámicas policromadas y jades exquisitos; Esta moderna Nao, viene en dos formas : la primera atraves de empresas legales principalmente de autopartes y la segunda ,la pirata, llena de familias chinas que viven en el hacinamiento de unos pequeños camarotes de 4 metros cuadrados, laborando en barcos anclados en aguas internacionales, maquilando copias de pantalones, ropa, aparatos de sofisticadas marcas y vendidos en cuanta pulga existe en México a costos risibles, pero sin pagar impuestos.

Lejos estaba Mao y su sistema de producir, de encontrarse con esta vida moderna que se basa en la competencia y el pirateo. La definición del buen chino, se olvido al siguiente dia de su partida. Dicho esto por el antiguo Obispo de Saltillo en los años setenta, el católico, no este intento de berrinchudo monaguillo,” un buen Chino: es el que ama a Mao”.

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