Semanas antes.
Una fotografía, Ricardo Saldívar Vaquera desnudo solo con un short, abrazado a la hija de su primer matrimonio, Alejandra Saldívar Torres, en traje de baño y, abrazada a ella, Lucía Manaby en un corto bikini. El escenario paradisiaco, Las Bahamas, los tres a bordo de un yate. Las Bahamas, son asiduo paraíso fiscal que es ideal para ocultar dinero no registrable. Pero esa vacación pudo ser una coincidencia, nada más. Bueno, coincidencias y malos entendidos, es la idea de defensa de la familia Saldívar Torres, en esta bochornosa novela de amor y drogas.
El día de.
La prefabricación del trasiego de metanfetaminas fue todo menos casual (ni fue ajeno a Saldívar ni fue la primera vez). Alejandra y Manaby iban en carretera, acercándose al Puente Internacional Dos de Piedras Negras, en dos vehículos. La camioneta Escape propiedad del diputado, iba por delante, Alejandra la seguía de cerca. Hay una pasajera incógnita que acompañaba a Alejandra Saldívar Torres y que lo sabe todo, al igual que las interfectas.
Al ver que enviaban a “la mula Villarreal” a la segunda revisión, supieron que habría problemas. Un piso falso había colocado Alejandra Saldívar en su Escape y en él, el truco, los 19 paquetes de drogas.
La Escape había pasado varias veces, en esas semanas por el mismo Puente (seguramente con cargas iguales). “Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”, reza un dicho popular. La consecutivéz es alerta natural para los oficiales de Aduana. La sospecha hizo que fueran enviadas, la Escape y su piloto a la llamada segunda revisión; el oficial canino (F9) y los rayos X, hicieron el resto. Detenida Manaby fue llevaba de inmediato a la prisión preventiva en Del Río, ahí hay una Corte donde será juzgada por tráfico de drogas.
Alejandra y su acompañante, huyen al ver que fracasaba el intento y la gravedad del asunto, pero el nombre de la propietaria es dado por la Aduana y se atribuye a ella, de acuerdo a las leyes americanas, la propiedad del ilícito cargamento. Una culpa para el chofer del vehículo y otra para el propietario; es la ley. Lucía Manaby sabía lo que hacía y Alejandra era la patrona, y también sabía lo que ordenaba. Villarreal, en estado de embarazo cedió a todo, por necesidad, la amiga y jefa, la dejó a su suerte.
La investigación ahora es por la DEA. Al construir esta trama, y al declarar el lunes Lucía, se podrá involucrar de manera definitiva a Alejandra, aun con la estrategia del diputado Ricardo Saldívar Vaquera, de negar todo y de aparecer como el benefactor que salva a la pobre familia de Lucía, con la “hija mañosa en desgracia”.
Había un acuerdo entre las amigas, si era atrapada alguna, la otra avisaría al diputado para resolver el asunto. Luego de los líos con la gasolina robada y los oscuros clientes del diputado, Ricardo Saldivar conocía perfectamente esas brechas jurídicas, para huir. Pero la familia se inquietó ante la indolencia, ante el deslinde infame de los patrones del tráfico de estupefacientes. Y entonces todo se complica. La mamá de Manaby graba un video a la prensa, llora y pide clemencia al diputado y a su exesposa, y a la amiga de su hija, a quien dice culpable de todo. El hermano textea por MSN con Alejandra, exigiéndole que actué, y esta le contesta que está arreglando todo, que no haga más grandes las cosas.
Copia del MSN y la conversación:
Ricardo Saldívar entra en pánico por la andanada en la prensa, que además del hecho grave con las aventuras internacionales de su hijita, saca a la luz (nuevamente) el origen de su fortuna amasada con tanta rapidez. Y comete el error de ir a la casa de la familia de Lucía, lleva prensa. Dos audios elocuentes dejan escuchar a un diputado enredado, repetitivo, nervioso y hasta tartamudeando en ocasiones. Su flaca defensa fue decir que mintieron en que la camioneta era de su hija o de él, que él tenía los papeles y un cambio reciente de placas a nombre de Manaby. Que como eso era una mentira todo lo demás también.
Link de los audios:
(http://siglocoahuila.mx/noticia/106972.se-deslinda-diputado-de-camioneta-usada-para-trafico-de-drogas.html)
La familia se irrita y vocifera preguntándole si estaba seguro de lo que decía ante la prensa, él, titubeante afirmaba. Dejaba claro que ellos, aun siendo los patrones, dejarán a su suerte a Lucía. Les ofrece dinero para ir de Monclova a Del Río, y dice que lo hace porque las necesidades de la gente le son muy sentidas, la familia nuevamente se molesta. La hermana de Manaby le dice al diputado que por qué le pagó Alejandra la visa americana a Lucía, el diputado dice que no sabe, le revira un periodista a Ricardo diciéndole que si le preguntó a su hija si pasó el sábado por Manaby, el enredado dice que le den unos días para preguntarle (unos ríen otros se molestan por el cinismo). Le recrimina que es ilógico que no le preguntara eso, si era muy importante. Hace mutis Saldivar, solo dice que habló con su hija hace un momento y que la llevará personalmente si la justicia americana la cita, que está fuera de la ciudad.
El asunto no terminará bien.
Las preguntas nadie las contesta: ¿de quién es el hijo que espera Manaby?, ¿qué acordaron las amigas, jefa y empleada?, ¿Manaby se fajará el lunes que declare y los días subsecuentes al ser sentenciada, o, por el contrario, las indiscreciones de ella y su familia, darán pormenores de los viajes anteriores y de ese, y de cómo Alejandra los planeaba junto al diputado, y de como el trasiego era un negocio boyante?
¿Con quién se casó el diputado, en segundas nupcias, que trabajo estratégico tiene la nueva esposa?… Y, ¿son los mismos socios de Ricardo, que en negocios anteriores?
Continuará…
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