El 2017 ha sido un año atroz, duro, inhumano, brutal para los mexicanos; los vaivenes de la economía a causa de los incrementos en los precios de los energéticos, con un bajo crecimiento e inflación a la alza, entre otros graves desaciertos de la política económica neoliberal, con la violencia ascendiente que nada ni nadie detiene, la muerte puede estar a la vuelta de la esquina con la inseguridad imperante.
La Ley de Seguridad Interna (LSI) recién aprobada en las Cámaras, ha sido claramente deslegitimada y desacreditada por 11 organismos internacionales y un gran número de organizaciones civiles nacionales por el efecto de militarización que conlleva y por permitir el involucramiento a discreción del Ejecutivo federal, además de infringir la Constitución en varios de sus artículos, lejos de augurar el advenimiento de la paz puede preverse que la violencia, las desapariciones y enfrentamientos entre delincuentes y militares se incrementarán.
Otro golpe radical que podrían propinarnos los legisladores y que ya está preparado es una reforma laboral que libera la contratación “outsourcing” eliminando todos los topes que contiene la ley laboral a fin de abaratar el costo de la mano de obra, suprimiendo el reparto de utilidades y las pocas prestaciones con que aún cuentan los trabajadores y avanzar en la desaparición de las pensiones y jubilaciones, la intención es destruir totalmente el Derecho del Trabajo vigente, que ha sido bastante mermado en aras de la flexibilidad laboral, esta es la tarea pendiente de los senadores “obreros”, entre ellos el obrero coahuilense por antonomasia, Tereso Medina, de hacerse realidad, estas modificaciones laborales incrementarán sin límites, la pobreza extrema y la desigualdad.
Los sismos de septiembre que afectaron a los estados más pobres de México, como son Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Tabasco, además del Estado de México, la CDMX y Morelos se mantienen en situación de emergencia, aunque los spots de Peña Nieto dicen que, “México está de pie” y hasta difunden que la población “agradece” lo que les han dado, como si no fueran nuestros impuestos los que a cuenta gotas les están dando ya que mucha gente sigue durmiendo en las calles porque sus casas se derrumbaron y están padeciendo el frío y las lluvias y la reconstrucción de sus hogares va muy lenta, no llegan los recursos del gobierno federal denuncian; en este tema, conviene informar que los militantes del Movimiento de Reconstrucción Nacional, MORENA integraron el fideicomiso “Por los demás” administrado por periodistas, escritores, ciudadanos, mujeres y hombre de inobjetable honestidad, como Elena Poniatowska, el sacerdote Alejandro Solalinde, Pedro Miguel, y Laura Esquivel, entre otros; este instrumento jurídico se creó con las aportaciones individuales voluntarias de los militantes y simpatizantes de MORENA, hasta el 12 de octubre se habían recaudado 9 millones 373 mil 333 pesos y se espera que las aportaciones alcancen los 103 millones de pesos y hay que subrayar que MORENA fue el único partido político que se involucró de esta forma para auxiliar a los damnificados, por eso correctamente se le llama: LA ESPERANZA DE MÉXICO.
Además de las aportaciones de los militantes, los dirigentes, legisladores y funcionarios públicos de este partido también cooperaron. La cuenta para aportar al Fideicomiso 73803, se encuentra en BANCA AFIRME número de cuenta 133-121765, usted puede aportar su apoyo fraterno para estos hermanos sin hogar y sin alimentación.
No hay que olvidarlo, en septiembre la tierra tembló y sacudió las conciencias, conmovió los corazones, la tragedia no ha terminado, levantar los hogares de pueblos enteros es un desafío que sigue requiriendo del apoyo y la participación urgente de las autoridades y los ciudadanos mexicanos.
Este año ha sido fatídico, pero lo peor es que durante 5 años Peña Nieto no movió un dedo para asegurar la paz y ahora termina el año con este obsequio navideño execrable de la Ley de Seguridad Interna, y es que nos dirigen psicópatas violentos, sedientos de sangre que cuidan el status quo y la impunidad absoluta, es lo que quieren, sangre, no paz.