La PGR por la Megadeuda, ¿y tú?

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La falsificación de firmas fue una práctica mafiosa que usaron en el camino sinuoso de la Megadeuda de Coahuila. Flagelo que hoy gozan algunos desde el poder y que padecemos muchos, pagándola con los impuestos encarecidos.
Quien no debía nada, nada tuvo de que preocuparse, pero otros en cambio, aceptaron cargos para intercambiar su “honor manchado con la falsificación”, por 30 monedas prometidas por las que vendieron a su “”Señor”, pero que luego… (“debían hurtar por sí mismos”, como iniciación) ¡Atilazos!
Esto, ya es carpeta de investigación en la lerda PGR; que se excita de pronto (acaso creen que solo en Coahuila urgen distractores), y, por ende, es auto judicial en Texas y España. Aquí lo interesante es saber de actos cobardes de un “segundo Conspirador ” quien atiza el fuego de esa hoguera, que de arder así, acabará por chamuscar parejo. Lo cierto es que ese atizador regordete tiene otras pretensiones… Dirigir las llamas hacia esas “víctimas de falsificación”.
Una muy cercana, segunda oleada de testimonios en España, depara dos cosas: Otra actitud del primer indiciado, Humberto Moreira (quien se defenderá ahora de nuevos elementos dirigidos por el “Conspirador y atizador” y raqueteará devolviendo la pelota, con sus baterías dirigidas a los “otros querellados”); y el arribo de personajes extranjeros al estado de Coahuila (en atención a Tratados Internacionales, alusivos al caso, signados por la Cancillería Mexicana, que tienen carácter de Ley y validez jurídica dentro el territorio nacional). Para ampliar investigaciones.
Todo es un mugrero que nos ensucia y asquea de solo leerlo.
Pero la actitud social habrá de cambiar. O nos interesamos todos, jugamos roles más activos desenmarañando el entramado y sacándolo a la luz (en tramos o completo) y exigimos a funcionarios, aspirantes a cargos (de todos los colores) y a candidatos, que den públicamente su clara postura sobre la Megadeuda y las complicidades; o solo nos resignamos a la hipoteca por varios sexenios, pagando esta infamia financiera, con dinero de nuestro trabajo y que debía ir destinado a nuestros hijos y su futuro.
¿Que nuestros hijos paguen lo que otros se llevaron, o que paguen los responsables y los beneficiarios?
Sociedad de Coahuila… ¡Tú decides!