La receta del gringo

Una de las industrias que enfrenta mayores retos es la restaurantera. Su relación consustancial al sector agroalimentario hace que éste le contagie sus riesgos que impactan en sus costos: plagas, heladas, sequías, granizadas, inundaciones, entre otros. Los precios de los combustibles y la depreciación de la moneda afectan también su operación y sus finanzas.

Además de eso, en algunas regiones del país, como la zona metropolitana de Monterrey y Saltillo, la sobresaturación de establecimientos expendedores de alimentos hace menos rentable el negocio.

En el caso de Monterrey, según datos de la CANIRAC, durante década previa al 2018 la demanda por comer fuera de casa se incrementó a una tasa anual menor al 3%, mientras la oferta lo hizo al triple, hasta llegar a un total de alrededor de 18 mil establecimientos. El año pasado el mercado actuó y por primera vez en mucho tiempo redujo el número de localidades en 4%.

Sin embargo, el reto sigue. La sobreoferta gastronómica, el estancamiento económico y la escasez de liquidez en el mercado significará un reto para quienes decidan permanecer en la industria. ¿Qué hacer para tener éxito?

Hace algunos días escuché por radio en entrevista al estadounidense Dan Deffosey, socio fundador del restaurant Pinche Gringo BBQ, con dos sucursales en la CDMX. El suyo, es un sonado caso de éxito que debe ser analizado para quienes participen en la industria.

En 2013 Deffosey tuvo un sueño, lo esquematizó y luchó por él. Estudió el mercado mexicano y encontró un nicho sin explotar, el de la comida BBQ. Se asoció con la persona correcta, un artista mexicano, y juntos instalaron un “food truck” para ofrecer sus productos.

Con una calidad de primera, pero ante el desconocimiento por parte de la clientela, el negocio agonizaba cuando una comunicadora lo conoció, publicó una entrevista y transmitió su experiencia en redes sociales. Al día siguiente tuvieron su primera fila de gente, misma que continúa hasta la fecha, mostrando crecimientos extraordinarios.

Los retos de estos emprendedores han sido muchos, desde la validación de su controversial nombre, proceso que llevó 5 años. Deffosey comparte sin tapujos la fórmula de su éxito: un producto y local innovadores, claramente diferenciados, que llevan a vivir una experiencia única; sacrificio, mucho sacrificio: estar ahí en fines de semana, hasta altas horas de la noche, incluso en vacaciones; y una correcta estrategia de promoción y comunicación.

Aquí está la receta del éxito. La que no quiso compartir fue la de las costillas BBQ que, por cierto, les recomiendo mucho.

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