La prima hermana del presidente es la presidenta del CEN del PRI, la señora Carolina Monroy Del Maso (el papá del presidente se llamaba: Gilberto Enrique Peña Del Maso). Por cierto, el esposo de Carolina es titular nacional de la PROFECO, el señor Ernesto Nemer Álvarez.
Alegarán los rigoristas que los estatutos prevén que la secretaria general, a según la jerarquía en el organigrama, es la natural interina ante la renuncia del presidente. Y esto es cierto, solo que por sabido, al designar secretario general, se corre el riesgo calculado de que quién ostente la cartera, “tenga que cubrir un interinato”. Y si por “azar”, en la estrategia cupular había un interinato previsto, aquí no hay casualidades. El nepotismo es inmoral, aun validado por los estatutos.
Los rumores de la tan consabida renuncia, luego de la “derrota sonora”, de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia nacional, son tan disímbolos como que: fue pactada para días después, que se apuró por el tema de Oaxaca y los muertos, que la realizó Beltrones sin consular, como un berrinche ante las andanadas mediáticas en su contra que acusa provenían del gabinete. Nadie acierta a la verdad, pero de que tenía que irse y pronto, nadie discute.
Pero, luego sucede la entrevista de Monroy Del Maso al periódico El Universal, dada a pocas horas de la asunción y por una presidenta titubeante, que no acertaba aun a sentase erguida en la amplia silla de Manlio, que a decir de algunos, le queda grande; muy grande. Una entrevista que fue todo menos ocasional.
Cual mensaje de la cúpula o extrañamiento ante la dimisión, Carolina Monroy de Nemer contradice a las huestes del primer círculo de Beltrones, que le antecedieron en los medios por horas. A Francisco Labastida Ochoa (ex candidato presidencial y asesor de Manlio) lo contradijo al asegurar que la “iniciativa gay” no afectó en los resultados de la elección del 5 de junio, como había afirmado. Al, aun secretario general adjunto, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez (quien anuncia su renuncia pero sigue en el cargo), lo contradice al aclarar que el voto duro del PRI perdura, (Gutiérrez había declarado lo contrario). Solo faltó a la dirigente, que dijera que el ex gobernador de la emblemática Sonora, Guillermo Padrés Elías, no será enjuiciado y que la gobernadora beltronista, Claudia Pavlovich, no tiene razón.
Empieza mal la señora Monroy Del Maso, peleando contra su ex jefe Manlio y dejando evidencia de que, luego de la derrota que pega en la cara al régimen de su primo, la mejor estrategia es golpearse entre sí. ¿Olvidó acaso Carolina que ella fungió en el segundo cargo de la dirigencia derrotada y que no solo era la segunda al mando sino la pariente del presidente, al cargo? No defendemos a Manlio Beltrones, (no hay defensa posible), solo decimos que la soberbia sigue campaneado en la dirigencia tricolor, solo varió el mando.
Para remachar su efímero liderazgo pero nepótico cargo, convoca Carolina Monroy a todas las dirigencias estatales, y en resumidas cuentas les ordena: “los exhorto a reencontrarse con la militancia”… “Tenemos que recuperar la confianza de la ciudadanía y reafirmar el compromiso vivo de la militancia priista, con trabajo serio, diálogo abierto y resultados, para reencontrarnos con esas mujeres y hombres, que son el corazón de nuestro partido, debemos ser los primeros en atender sus necesidades”.
Bravo, bravo sabia líder, corearon los picudos dirigentes, mandados “al rencuentro hipócrita con la prima del presidente” por sus verdaderos patrones, (los gobernadores que pagan sus sueldos y viáticos, y norman sus conciencias).
¿No era mejor decirles, “son fregaderas, como no vamos a perder si: estamos lejos de la gente, si no obedecemos a sus reclamos de autocrítica interna, de democracia partidaria, de respeto a los sectores y organizaciones, si ya nadie hace trabajo de base, si somos payasos y soberbios, si somos un club de amigos, si los gobiernos emanados del PRI son soberbios, son corruptos e ineficientes, son opacos e impunes, y se pasan los años haciendo negocios desde el poder e incluso algunos muchos, se han coludido con el crimen; Y de ello, ni el gobierno de mi primo (que debe poner el ejemplo y poner orden en las entidades), se salva”?
La única alternativa de este PRI decadente, de “salvarse”, hegemónica y electoralmente, de ver de nuevo a la gente a la cara porque ahora le ha dado la espalda”, de dar la pelea en el 2018 y recobrar la confianza popular, es:
Desde Los Pinos y Palacio nacional, desde la jerarquía política (de los devenidos del tricolor), se actúe sin privilegios ante nadie, e inicié ya: a enjuiciar, encarcelar y poner castigos ejemplares a tanto ladrón suelto, muchos aun en el poder (ex gobernadores, ex funcionario federales, gobernadores en el poder, funcionarios en activo, federales y estatales, alcaldes y ex alcaldes, legisladores y ex legisladores). Desafueros, juicios con debido proceso, requisa de propiedades y confiscación del dinero hurtado, y por supuesto, el reingreso del dinero al cajón público.
Que equivocado está el presidente al proteger a tanto pillo. Ya no peligran los acuerdos bajo la mesa, ya no peligra el patrimonio personal y del gabinete por enjuiciar a quienes son culpables de tanto delito, pero que pueden hablar contra ellos. Ahora, peligra su partido, peligra la elección presidencial y peligra “él mismo” (Enrique Peña Nieto) y ellos, porque al llegar la alternancia de nuevo, la gente no permitirá “pactos de no cacería de brujas”. Se enjuiciará a todos los culpables por que el pueblo lo grita: empezando por los ex presidentes y los ex gobernadores.
Dios salve a México.
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