En México ocurren hechos trascendentales que en su mayoría pasan inadvertidos para el común de la gente, pero por fortuna el mundo académico observa con lupa cómo se vive en este país y analizan el a, b, c, de los fenómenos que pasan por procesos de cambios sociales notables.
El mes pasado el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social hizo pública la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en la que dan cuenta de que durante siglo 21 este País experimenta una metamorfosis religiosa acelerada, no obstante, la pluralidad religiosa es difícil de identificar, ya que los autores de la Encuesta enfatizan que mediante su estudio descubren un veloz desmoronamiento y debilitamiento de de las instituciones religiosas conocidas como iglesias, ya que en los jóvenes se observa un rechazo contundente a la autoridad, a los dogmas y a la regulación normativa de la moral.
Habiendo sido hasta principios del siglo 20 una nación casi con el 100 por ciento católica, ahora, según la Encuesta los católicos por convicción son una minoría y en cambio prevalecen los que emigran hacia otras religiones, por ejemplo, los Testigos de Jehová que tienen presencia en un 97 por ciento de los municipios del País, México es el país latinoamericano con mayor presencia de esa organización religiosa.
Los actuales católicos mexicanos suelen ser muy ritualistas, participan en peregrinaciones, hacen mandas, tienen en sus hogares y aun en sus centros de trabajo, altares y los rituales son la base de la socialización religiosa, igual sucede con las iglesias pentecostales y evangélicas.
La crisis por la que atraviesa el catolicismo, según la Encuesta, tiene su centro de dificultades en la parroquia que dejó de ser el eje de cohesión y socialización, en cambio, las iglesias evangélicas si se preocupan por generar identidad comunitaria.
La pluralidad religiosa se confirma en el Catálogo de Asociaciones Religiosas (AR) de la SEGOB, el que registra 6 884 AR, le siguen los que no tienen religión aunque si espiritualidad (representan el 4.5%).
En la década de los 80 el ámbito religioso comenzó a transformarse, sobre todo -según el estudio citado- en los estados del sur y en la frontera norte, debido a una fuerte penetración de los grupos protestantes evangélicos y pentecostales, en cambio en la zona centro y occidental, el catolicismo mantiene su fortaleza.
Las poblaciones indígenas del sur son en las que el número de católicos es mayormente escaso. Los antropólogos afirman que en México el cambio religioso está íntimamente ligado a la geografía de la pobreza y la marginación, la diversidad religiosa manifiesta varios ejes, en cuanto al género, son más las mujeres que los hombres las que cambian de religión, en lo urbano se localiza en los estratos más bajos de las periferias.
La aceptación de los grupos indígenas a las religiones adventistas, la explican los antropólogos por la oferta de servicios de salud, su flexibilidad para incorporar las costumbres y las lenguas indígenas, su carácter emotivo y su tradición oral.
La Encuesta sobre Creencias y Prácticas Religiosas es una radiografía amplia y puntual sobre los diversos aspectos que involucran el comportamiento y las ideologías religiosas en México: la pluralidad religiosa y tendencias del comportamiento político; los diversos rostros de los católicos y sus percepciones sobre la iglesia; la desinstitucionalización e identificación subjetiva de lo religioso.
En las conclusiones se arguye que el cambio religioso parece apuntar a la pluralidad en la pertenencia a diversas organizaciones religiosas; la diversidad de maneras en que los católicos se identifican con las posturas de la jerarquía eclesial y la heterodoxia en las creencias y prácticas de los mexicanos.