La historia no es tan simple como nos la cuentan desde Palacio Nacional. México no era ese país maravilloso cuyo destino se torció en la “época neoliberal”.
Así lo demuestra un estudio de Miguel Székely titulado “Pobreza y desigualdad en México entre 1950 y 2004” que se publicó en 2017 en la revista “El trimestre económico”, el cual constituye el más amplio esfuerzo por comprender esos fenómenos (pobreza y desigualdad) a partir de datos reales y científicamente verificables.
¿Qué dice el trabajo de Székely?
1.- Entre 1950 y 1984 el país vio disminuir sus niveles de pobreza (alimentaria, de capacidades y patrimonial) de manera sistemática.
2.- Tras los desastrosos gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo esa tendencia se perdió y entre 1984 y 1994 el porcentaje de mexicanos en pobreza se estancó.
3.- La crisis de 1994 produjo que los niveles de pobreza se incrementaran de manera sensible, regresando el porcentaje de la población en pobreza a niveles de los años sesenta.
4.- Sin embargo, a partir de 1996 y hasta 2004 se recuperó la tendencia perdida y la pobreza disminuyó. De hecho, 2004 fue el año con el menor porcentaje de pobres en México en más de medio siglo.
5.- Que hay una correlación inversa entre pobreza y crecimiento, es decir, a mayor incremento del PIB menor nivel de pobreza. Además, hay una correlación positiva entre pobreza e inflación, o sea, entre más carestía más pobres.
¿Qué porcentaje de la población se encontraba en condiciones de pobreza alimentaria en 1950 en México? El 88.4%; en 2004 llegó a ser de 47%. Si se complementa la información del estudio de Székely con los datos del Coneval se ve que, a partir de 2008 hubo una disminución real de la población en condiciones de pobreza en México, llegando en 2018 al 41.9% de la población.
¿Es eso suficiente? Por supuesto que no. Pero es claro que íbamos por el camino correcto. Es innegable el trauma que ocasionó la crisis de 1994. Pero, como lo demuestran los datos duros, esa lamentable situación duró sólo dos años. Sin embargo, a algunos les sirve para torcer la realidad a su conveniencia y contar un vulgar cuento que no tiene sustento alguno.
@marcelotorresc
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