Tiempos actuales los de la incertidumbre y el miedo, que también pudieran ser los de la reflexión en esta pascua del 2020, el virus verdadero que surge es el de la fraternidad, un valor universal olvidado que solamente la sociedad civil pudo haber despertado y enhorabuena.
Decían los anarquistas que era necesario que la verdad surgiera de los basureros y los tugurios, porque desde las alturas solamente se escuchaban mentiras y vaya que resulta aplicable a esta modorra gubernamental en los tres niveles, que como siempre se atiene a lo que la gente al final haga o deje de hacer.
Tal parece que el verdadero papel de los epidemiólogos se descubre y es el de médicos de escritorio que en caso de emergencias como está, acuden al Wikipedia para resolver las dudas y hay te ves.
Que si fue implantado para crear una crisis económica, que si es para vender un medicamento, que se les salió de control, que si solo les da a los adultos mayores, que como cualquier otra epidemia pasara de largo, la información acerca del virus es desastrosamente tan completa, como compleja y confusa.
Al fin si se trata de pasarla en casa, a buena hora, ya que desde hace años los mexicanos no nos hemos dado a la tarea de los pendientes hogareños, derivado de nuestras cargas de trabajo, que refieren que los espacios de “descanso” en realidad sean para dormir del agotamiento.
En la casa materna los sábados se hacían para la fajina pendiente y por lo menos era la de lavar el auto, arreglar macetas, traer la provisión (palabra de Chita, mi madre), regar el jardín, limpiar ventanas o al menos estar despierto desde temprana hora para ver que se ofreciera.
Es curiosa la forma de reaccionar del Gobierno federal ante el suceso, sobre todo porque en un principio el Presidente utilizo la respuesta clásica y ya casi automática, en el sentido de que la alarma ante la epidemia era producto de los conservadores, sin embargo está recurriendo a un funcionario de la época de Calderón, para dar el recuento diario de la epidemia. (Haya cosa).
Una omisión es grave y es la consistente en que toda acción en contra del virus debería estar referida por
El Consejo de Salubridad General que es una autoridad sanitaria que depende directamente del Presidente de la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado siendo sus disposiciones generales obligatorias en el país, por ende cualquier declaración hecha por persona distinta al mismo no debe ser considerada como seria y fundamentada, aun cuando venga de San López Obrador y su escudo protector de honestidad. (Esto está de risa).
Se insiste en la sensatez del poder ciudadano, aquel que actuó en el temblor del 85 y en las grandes tragedias mexicanas ante la impavidez gubernamental ,hoy de plano no solo evidente, sino cínico.
Ciudadanos dotados del sentido común hacia la protección de lo básico sin los rebuscamientos de sus autoridades más preocupados en cuidar la imagen, que la salud de los mexicanos.
Las enfermedades exóticas han afectado este país desde la conquista, pero el peor de los virus es la dejadez y la modorra.
Ignoro de medicina sin embargo no he visto que los inmunólogos y los neumólogos sean invitados a las conferencias y bien que aprenderíamos mucho sobre aquello que vamos a enfrentar.
He sido testigo de acciones de particulares en restaurantes, fabricas, lugares públicos en pos de la prevención y también de la ineficiencia de las autoridades que solamente emiten comunicados ,pero que no se preocupan por tener los anaqueles llenos de medicamentos y las suficientes camas hospitalarias y aditamentos a fin de hacer frente a lo que viene.
El consuelo es que si atravesamos a la fase final regresaremos a casa a disfrutarnos, a reconocer nuestros espacios y alimentar nuestras almas creativas, aletargadas por el ida a día laborable que nos convirtió en los homos Faber descritos por Max Frisch.
Al refugio con los libros viejos, las viejas películas, al acomodo de los closets, las cajas de herramientas, la reparación inconclusa o simplemente al olvidado ejercicio del dialogo. Tiempos de pascua que invitan al entendimiento con la divinidad y a la reconciliación tan necesaria con dios y su infinita misericordia. ¿No será que el verdadero mensaje sea ese?, el retorno a los dias de guardar, tan antiguos como necesarios.
De los intrincados nodos internianos Issa, rescato una lección formidable que les comparto: “Y la gente se quedó en casa .Y leyó libros y escucho y descanso e hizo ejercicio y arte y jugo y aprendió nuevas formas de ser y se estuvo quieta. Y escucho más profundamente. Algunos meditaban, otros rezaban, algunos bailaban. Algunos se encontraron con sus sombras. Y comenzaron a pensar de manera diferente. Y sanaron. Y en ausencia de personas que vivirían en la ignorancia, peligrosas, sin sentido y sin corazón, la tierra comenzó a sanar. Y cuando paso el peligro y la gente se unió de nuevo, lloraron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron con nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y sanar la tierra por completo, ya que habían sido curadas.” Kitty O’Meara.
Estimado lector, cuídese nadie lo va hacer sino usted, para así seguirnos leyendo y disfrutando de esta excelente aventura que es el vivir.
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