…las revoluciones de ayer.
Hacia finales del siglo antepasado (finales de 1800), Encarnación Davila Peña, siendo gobernador de Coahuila (1880_1880, 1883_1883), “adquiere de Porfirio Díaz, tierras propiedad de la nación”, de acuerdo a título expedido por el entonces presidente de la república (el propio Díaz Mori). Basta extensión que va desde los límites de Saltillo-Arteaga, hasta Galeana NL. Un polígono extremo de cerca de 60,000 Hectáreas.
“Deslindadora Salazar y Dávila”, fue la encargada de deslindar esa propiedad. Encarnación Dávila “no le puede pagar el trabajo”, entonces le paga con las mismas tierras en su totalidad. En un tercer momento, el propio Encarnación Davila, le vuelve a comprar a deslindadora Salazar las mismas tierras.
Este enredo tenía un propósito: generar asientos registrales, haciendo más compras y ventas de la misma tierra ampliaban los antecedentes de propiedad y con ello, seguridad en la posesión. Se desvanecía “el antecedente de la usurpación de la tierra”.
En cada rincón de México existe gente adinerada, en muchos casos se conoce el origen de esas fortunas. Gente que con trabajo, esfuerzo y dedicación han logrado amasar sus fortunas y así han sido traspasadas de generación en generación. Pero ¿qué pasa con aquellos otros de quienes no se conoce a ciencia cierta el origen de sus posesiones? Hace más de 100 años no tenía valor la tierra, había mucho recurso y pocos habitantes ¿Quiénes fueron esos hombres visionarios, iluminados, genios que pusieron sus ojos en ella?: LA TIERRA.
Épocas de revuelta en el país, los presidentes intentando perpetuarse en el poder a toda costa, recargados en sus compañeros de armas también sedientos de ese poder recientemente probado, exquisito y los ex-presidentes intentando regresar a la silla grande. En alguno de sus diversos viajes diplomáticos a Europa Porfirio Díaz se cautivó de la elegancia y refinación de la gente prospera de aquellos lugares y por algún momento se sintió parte de ello, algunos historiadores afirman que fue allá en donde…
“Díaz soñó con convertir a México en algo igual, sobrio, elegante y rico”.
Repartiendo la tierra entre sus compañeros garantizaban el reparto de la riqueza y, de paso, la lealtad eterna de los beneficiarios. Porfirio Díaz, por un lado, repartía el país entre sus allegados, empeñado en mantener el esquema de los terratenientes. Por otro lado, Benito Juárez, movilizándose para regresar a la presidencia, firme en sus convicciones y compromiso con el pueblo mexicano, de:
“Repartir la tierra entre los pobladores, ¡tierra a quien la trabaje!”.
…los terratenientes de hoy.
Mario Eulalio Gutiérrez Talamás adquiere mil hectáreas en las faldas de la sierra Zapaliname. Al tipo revolución (pero sin revolución), a lo Gutiérrez, “se hace de ellas” ¿Quién es el socio de Malalo?
¿Cómo supo el papá de Mario Eulalio que podía apoderarse de esas tierras (1975)? Información de privilegio, información que tienen los gobernadores. ¿Cómo se hicieron de ellas?
“Con juicios arreglados, (prescripciones y demandando a un difunto)”.
El abuelo, Eulalio Gutiérrez Ortiz, fue presidente provisional de México, durante la Convención de Aguascalientes, (nov de 1914 a enero de 1915). Y, general “por méritos políticos”. Su padre, Eulalio Gutiérrez Treviño, fue gobernador de Coahuila (1969_1975). Mario Eulalio Gutiérrez Talamás, fue alcalde de Saltillo (Enero de 1982_diciembre de 1984. Interino, julio_ diciembre de 1990).
Las tierras de la nación, fueron ayer: mercancía de cambio, favores a políticos y a militares, negocios desde el poder. Privilegio de gobernadores y la construcción de una casta de terratenientes, una conducta antiética, que no acaba. Ilegítimos decretos y expedición de títulos desde El Castillo de Chapultepec, enlodaron la sagrada geografía nacional. Los gobernadores entonces, hicieron sus propios mapas, se agenciaron la tierra y despojaron a sus legítimos dueños, amparados en el poder.
(Y nos extrañamos de estos iluminados de ahora. De estos nuevos: “Ladrones de Tierra”).
CONTINUARÁ…
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