Las navidades ajenas

Yo que estaba tomando en serio el papel del grinch de la navidad, cuando me enteré este año de una noticia que trasciende mi papel de gruñón de la época y mata fiestas del momento.

Disfrazado de un derecho a ejercer las libertades religiosas, la chaira y Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha irrumpido en el ámbito ciudadano y la profesión de fe de la mayoría de los ciudadanos del país, para imponer un criterio que protege a la minoría e impone a los propósitos mayoritarios un proceder individualista y con el ánimo de fregar al vecino, en forma evidente.

Lo anterior a través de tres amparos iniciados en el estado de Yucatán por violaciones al Estado laico. Si bien es cierto no prohibir la navidad ni prohibir que cualquier persona coloque en su ámbito privado símbolos religiosos. Iniciados en 2020, desde una agrupación ínfima Kanan Derechos Humanos A. C. se emprendieron tres litigios en contra de los ayuntamientos de Mérida, Chocholá y Mocochá, en el estado de Yucatán, puesto que decidieron colocar con recursos del erario “nacimientos de Cristo” en espacios públicos.

Bajo la clásica chicaneada que señala que los ayuntamientos son laicos, lo que implica un deber de actuar con neutralidad, sin venerar símbolos, prácticas o cultos de alguna religión en particular. 

Parece que la laicidad comprende que en México existe una pluralidad de religiones, y de no creyentes, que igualmente son libres de expresarse y realizar los cultos o símbolos, sin embargo, de acuerdo con el censo del Inegi (2020), el 77.7% de la población se autodenomina como católica; el 11.2% como protestante y evangélica; mientras que el resto profesa religiones distintas, o bien ninguna.

De todas ellas, solamente el catecismo de la iglesia católica contiene, per se, la alabanza y veneración de imágenes relativas a personajes bíblicos, que van desde cuadros dentro de las iglesias, hasta la teatralización del “nacimiento de Cristo” en los hogares de las personas practicantes y es práctica común de siglos la colocación de los adornos navideños en las ciudades y pueblos precisamente como parte de la libertad religiosa que impera en el país y de la profesión de fe que incluye la colocación de escenificaciones del nacimiento del redentor de la humanidad considerando ahora si al 88.9% de la población de México, es decir la suma de los cristianos.

En fin, el plan falló, desde la mesa de los inútiles magistrados que deberían entrarles en serio a los verdaderos asuntos prioritarios del país como el mismo respeto de la Ley, la seguridad nacional, la protección a las instituciones electorales, los organismos de control administrativo, en fin, la búsqueda de la equidad en México. Cuánta razón del verdadero libro: “El aguijón de la muerte es el pecado, el poder del pecado es la ley”.

La navidad no es solamente un suceso para conmemorar, sino una época a disfrutar, porque la enseñanza no refiere solamente la convivencia y los buenos deseos, sino la reflexión misma y la síntesis de reflejar nuestra humanidad con los semejantes.

Ese niño que vio la luz hace 2022 años, nos viene guiando en nuestros comportamientos, propósitos y deseos y todo ello con una simple entrega de nuestras dudas y problemas y dejarlo en sus manos, en ello la verdadera magia.

En su mensaje del 3 de diciembre, el papa Pancho refiere: “Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo. Para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está; hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad, dónde está Él. Y la oración es la mejor manera decir gracias ante este regalo de amor gratuito, de decir gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas, que desea entrar en nuestros corazones.”

El nacimiento que compró Issa este año, para el pequeño apartamento de Querétaro, raramente refirió esa sorpresa del pesebre de la que habla su Santidad, con el debido respeto a las creencias religiosas de quienes esto leen.

Que esta navidad, sea para todos ustedes una suma de momentos de paz, de reflexión, de convivencia familiar, de buenos recuerdos y de ayuda al prójimo recordando que las manos que dan nunca estarán vacías. Dios bendiga a nuestras familias, a nuestras regiones y a nuestra patria tan necesitada de buenos propósitos y de buenas realidades. 

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