Dos destacados frentes abiertos tiene el presidente López Obrador (frentes abrió muchos) y los tiene por efecto directo, el gobierno federal.
Las vacunas covid y las relaciones con el nuevo presidente de los Estados Unidos, son dos brazas ardientes que desde el gobierno de la República están asiendo sin guantes, a mano limpia y quemándose.
Los impactos en política y en la gestión pública también son directos hacia la marca del mandatario y hacia el partido que lo llevó al poder, (y que lo sostiene cuando la mar está picada, como ahora sucede, con olas tan grandes y rabiosas que bambolean al barco nacional).
“Las vacunas y Biden“ son un dolor de cabeza gubernamental. Un dolor neutralizador del cuerpo político y del sistema operativo institucional.
Las vacunas
No da muestra el gobierno federal en ser congruente entre lo dicho, lo mediatizado y lo hecho:
• No llegan las vacunas anunciadas y el porcentaje de vacunados en México, según la OMS, es del 0.009% de la población.
• Nadie respeta el orden de vacunación ordenado unilateralmente, ni hay un padrón de vacunación que ponga orden.
• No hay vacunas y ya no se aplicarán en tiempo los refuerzos (nulificando el efecto inoculador).
• De última hora, a regañadientes y receloso de soltar el control (sanitario y electoral), el presidente “autoriza a la IP y a gobiernos” comprar vacunas por su parte, en el mercado internacional.
Biden
Dicen desde Palacio Nacional que Trump fue “un gran aliado de México”, pero muchos consideramos que fue el peor presidente gringo en su trato con los mexicanos y nuestro gobierno.
AMLO sigue rindiendo tributo al derrotado y persiste regateando al sucesor en el poder.
¿Hay una pleitesía de agradecimiento, por asuntos personales, entre AMLO y Trump?
Según parece, sí. Y está afectando las relaciones diplomáticas con el vecino poderoso. “Gringos son gringos” y el que sea, verá sobre el hombro a México, pero hay moderados (como parece ser Biden) y los hay desquiciados como lo fue Trump (a mi juicio). Pero no es estrategia que de yardas el tratar a uno con sumisión y al entrante con desdén y más.
O dignos siempre ante el presidente, el gobierno y las agencias del crimen e inteligencia, gringos. O nunca. Pero ensayos de dignidad y posturas de estadista cuando enseñamos el cobre al mundo, es tanto como torear al toro sin capote.
Dos visiones
¿A qué se debe la doble visión y la antagónica apreciación de hechos?
No es este tema de Trump y su relación con México, ni son las vacunas y la estrategia sanitaria, los únicos asuntos en los que el presidente tiene otros datos, en contrapartida con lo que percibe una parte cada vez más amplia de sectores y sociedad.
Otra visión (y datos) de lo que está sucediendo en el país y por el gobierno, tiene también una buena parte de la sociedad.
Es cierto que quienes votaron por AMLO hace 30 meses siguen en alguna medida respaldándolo, pero en dos años de gobierno la aprobación bajó de 80 a 60% y muchos seguidores son “autómatas” que dicen sí a lo que el presidente dice sí y son rabiosos contra quien ose contradecir o cuestionar al “líder”.
No analizan, no leen, no disciernen, no debaten los chairos; pero, sí agreden.
Otros datos
De las vacunas y Biden, de Cienfuegos y la corrupción, de la impunidad y la nula justicia, del crimen y los carteles en México, los gringos parecen tener también otros datos.
México está partido, las escisiones se crecen desde las mañaneras y la polarización es ya de tú a tú entre empresarios y la llamada 4T, (que son: AMLO, el gobierno federal y MORENA).
Los medios críticos, las oposiciones y hasta las redes sociales, son censuradas y criminalizadas desde el gobierno federal.
Con las elecciones grandes en puerta, lo único que podemos esperar es: mayor fragmentación y enfrentamiento interno y posturas distantes en lo exterior. Malo el cuento.