Sin duda las enfermeras, frente a los varones enfermeros, son mayoría en los servicios profesionales médicos, por ello me refiero al conjunto en femenino, ellas, como se ha dicho desde que comenzó la pandemia, están en la primera línea de atención a los enfermos y les debemos hasta hoy lo indescriptible.
El 6 de enero se conmemora el Día de la Enfermera y acostumbro enviarles en ese día un homenaje y parabienes, en los dos últimos años ellas han trabajado exponiendo su vida, algunas han muerto en la prestación de su servicio y sin ellas la contención del virus Cobid-19 para salvar vidas y los servicios de vacunación, hubieran sido imposibles, ya que a través de cuidados basados en evidencias científicas, atención a las necesidades humanas, bajo principios disciplinares y éticos han atendido a contagiados para socorrerlos y vencer la enfermedad.
Ellas han sido las mensajeras y el vínculo entre los enfermos intubados y sus familias, ellas son las que cierran los ojos de los que se van, los que mueren, ellas no miden sus jornadas de trabajo, al inicio de la pandemia doblaban turno, laboraban hasta 16 horas y en grupos de 6 atendían hasta 24 pacientes, mediante equipo de protección personal que consiste en una bata impermeable, desechable y ante todo la mascarilla N95 que protege totalmente contra la entrada del virus, además de goggles o y careta, todos son materiales certificados; no obstante a las y los usuarios de estos equipos les quedan marcas por el ajetreo constante, la sudoración y el miedo al contagio.
Lo más doloroso son las marcas emocionales con las que quedan las enfermeras, se sentían insuficientes para atender al número de pacientes y laboraban bajo estrés extremo y deberían dormir en el auto para evitar la posibilidad de contagiar a la familia, se sentían indefensas, impreparadas para dar alcance al número de enfermos, para recuperarse emocionalmente acuden a la resiliencia, ellas recibieron una formación académica para trabajar con el dolor humano y saben hacerlo, por ello nunca regatean nada y no dieron excusas o pretextos para realizar lo que les correspondía, ante toda la carga, ellas cumplieron ante la transformación institucional que permitió en 2020 la creación de 14 mil 199 plazas de enfermería y, por primera vez en la historia del IMSS, seis integrantes de este personal ocupan la titularidad de las representaciones del Instituto en los estados.
Este personal sufrió agresiones por parte de la población mientras se enfrentaban a un enemigo invisible y totalmente desconocido, y no obstante, siguieron para ayudar y salvar vidas; hubo casos extraordinarios como el de “Magui”, quien a través de cartas se comunicó con familiares y pacientes para trasmitirles “palabras de alivio”.
No es exagerado señalar que el trabajo cotidiano del personal de enfermería durante la pandemia ha sido heroico y alcanza niveles patrióticos por su compromiso con la salvaguarda de la vida de sus pacientes, porque ellas transmiten esperanza, paz y resignación, pero han trabajado durante 21 meses y su cansancio es incuestionable, por eso hay que tomar conciencia de que la pandemia sigue aquí y exhortar a la población a quedarse en casa a fin de reducir el número de contagios.
Las fiestas navideñas terminan con el repunte de los contagios por Covid-19, diciembre concluyó con 319 casos positivos y 197 fallecimientos, esta ciudad (Saltillo) ha sido uno de los municipios más afectados por los contagios, lo cual implica hospitalizaciones y no bajar la guardia por parte del personal médico y paramédico. Personal de enfermería, por su solidaridad profesional y su generosidad. GRACIAS.
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