Las libélulas han ayudado a eliminar a los mosquitos transmisores del dengue, fiebre amarilla o malaria.
Las libélulas, caballitos del diablo y/o alguaciles son insectos que se caracterizan por su alargado cuerpo y grandes alas. Sus colores varían dependiendo de la especie, que pueden ir desde negro, marrón, verde, azul, naranja, rojo, violeta o tornasol.
Habitan cerca de lagos, ríos, pantanos, humedales o lugares con fuentes de agua con altas cantidades de oxigenación.
Estos insectos tienen una gran importancia en los ecosistemas, ya que son depredadores de diversos insectos que fácilmente pueden convertirse en plagas como las moscas o mosquitos.
En los últimos años la población de libélulas en el mundo ha disminuido notablemente debido a la desaparición de su hábitat (principalmente de los humedales) y a consecuencia del cambio climático.
Especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) destacaron que unas de las zonas más afectadas se encuentra en el sudeste de Asia, donde miles de hectáreas de humedales y bosques tropicales están siendo convertidas en campos de cultivo para la extracción de aceite de palma.
Aunado a esto, agregaron a la lista de especies amenazadas al 16 por ciento de las 16,000 especies de libélulas y caballitos del diablo descubiertas en el mundo.
Con esta adición se calculó que de las 142,577 especies de animales descubiertos hasta el momento, 40,084 se encuentran en peligro de desaparecer.
Para detener esto, es importante detener o disminuir considerablemente el consumo de alimentos cuya producción devaste áreas naturales.
Además de iniciar programas de protección de las áreas de atención en todo el mundo, como los humedales, bosques tropicales y cuerpos de agua (ríos, mares, lagos y lagunas).
Cultiva futuro