La comunicación política en los procesos electorales es un elemento muy importante en los regímenes democráticos, el diálogo, la deliberación en las campañas electorales enriquecen la comprensión y contribuyen al incremento de la racionalidad del voto, ayudan a los candidatos a justificar sus posturas y a relacionarse entre ellos y los ciudadanos mediante el diálogo.
A través de los debates se contribuye a la calidad de las decisiones de los posibles electores, factor especialmente crucial en democracias incipientes. La práctica electoral acerca de los debates indica que éstos son útiles e importantes para la decisión electoral de los ciudadanos, los formatos se proponen incentivar la interacción y el diálogo, así como promover la discusión sobre temas centrales y los programas de los candidatos.
El segundo y tercer debates presidenciales de 2018 fueron inéditos: los ciudadanos (algunos presentes) formularon preguntas a los contendientes. Adicionalmente, los moderadores tuvieron un papel protagónico, aspecto sin precedentes.
Los moderadores son los que plantean las preguntas a los candidatos participantes, que en el caso del de Saltillo eran 8, el alto número disminuyó los tiempos de participación: pero no había moderadores, sino un conductor y el debate fue a distancia, no presencial, lo cual le restaba atributos, como la credibilidad; algunos analistas comentaron que un candidato leyó (en telepromter) todas sus intervenciones, además de exponer ahí los mismos contenidos que transmitía en sus spots.
Los debates parten de un tema general del cual se plantean subtemas en forma de preguntas y de ahí surgen propuestas en las que se funda el plan de trabajo del candidato. En este ‘debate’ no hubo comparaciones, ni replicas, ni diálogo, ni confrontación, cada cual traía lo suyo.
Los debates son herramientas muy importantes para la promoción de los valores de la democracia en los procesos electorales, pero el del domingo pasado fue un artificio mal armado, algunos candidatos lo reconocieron, el IEC con su abulia quedó muy mal.
Una falla más fue la de su escasa cobertura, lo cual según parece le correspondía promover al IEC, ya que la población de Coahuila que cuenta con internet, según información oficial, apenas supera el 60 por ciento. Esto queda para la historia.
Hoy se cierran las campañas, las prioridades del candidato de Morena, el señor Armando Guadiana ya están bien definidas: el transporte público, la seguridad, el agua, el cuidado del medio ambiente, el apoyo a las mujeres y a los discapacitados, entre otras.
Han sido 60 días, de una campaña intensa del candidato Armando Guadiana quien no escatimó esfuerzos, pero el reto más fuerte es asegurar unas elecciones participativas y apegadas a la ley, sin fraudes, en las que no gane el abstencionismo, porque éste significa desdén por el avance del bienestar colectivo, negarse a votar implica dejarse llevar por la indiferencia hacia las generaciones futuras para las que desde ahora, debemos forjar el buen vivir para dejarles un Saltillo funcional, con igualdad de derechos al bienestar.
Posdata
Estimada lectora, lector, el gobernador Riquelme vuelve a quedar mal con los trabajadores de la educación que protestan en el 2º. plantón en reclamo de sus derechos, el mandatario, habiéndose comprometido a recibirlos el lunes 31 de mayo para negociar en una mesa técnica suspendió el compromiso, esto lo retrata de cuerpo entero, no tiene palabra ¿Oh acaso no le dio permiso su jefe Rubén N? Lo cierto es que se pintó como actor del guiñol.