Sin condiciones para el rescate
Mediante una videollamada en la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, la funcionara explicó que esto se determinó tras el uso del dron submarino de la Secretaría de la Marina en el pozo 3.
Explicó que tras la grabación del dron en dicho pozo se pudo observar “una gran cantidad de elementos sólidos y turbulencias”.
Frente a esta situación, indicó Laura Velázquez, los esfuerzos de hoy se enfocarán en continuar con la extracción de agua para que en los próximos días los equipos de rescate puedan ingresar de manera segura.
“Hoy estaremos concentrados en bajar estos niveles de agua para poder ingresar el dron submarino y puedan ingresar los rescatistas para bajar para el rescate”, dijo.
De acuerdo con la titular de la CNPC, al corte de ayer, a las 18:00 horas, en el pozo 2 aún se tiene tienen que bombear 10.4 metros de agua; en el 3, 11.3 metros; y en el 4, 16.4 metros.
Anunció que para ampliar el volumen de bombeo ya se trabaja en perforar barrenos e introducir una bomba a la mina accidentada en Sabinas, Coahuila.
También indicó que “no se descansa ni un minuto trabajando las 24 horas para lograr el rescate”.
Ingresa dron a mina El Pinabete
La Secretaría de Marina Armada de México inició las incursiones a la mina El Pinabete, para buscar y llevar a la superficie a los diez trabajadores atrapados por una inundación, desde el miércoles por la tarde.
Un buzo especialista en rescate bajó al fondo de la excavación atado con arneses y sacó varios pilotes de madera para después permitir el ingreso de un dron subacuático con lámpara y cámara de alta resolución, que ayudará a buscar a los obreros.
Poco después de las 14 horas, los marinos introdujeron el dron, pero a las primeras imágenes se detectó que varios pilotes de madera, utilizados en la minería para sostener las paredes y el techo de los túneles, obstruían el paso por uno de los cañones principales.
Un buzo, atado con cuerdas y arneses, fue bajado poco a poco hasta llegar al fondo de la mina, a poco más de 60 metros, y sacar uno a uno los barrotes.
La idea es que el dron haga varias incursiones para recorrer los túneles y tratar de ubicar a los trabajadores.
El dron y el marino militar ingresaron a la mina por el pozo número cuatro.
Despiden a trabajadores
A días del siniestro en lamina “El Pinabete”, una cuadrilla de catorce mineros fueron liquidados por “Chano” Díaz, a quien identifican como el presunto dueño y encargado del pozo. Los trabajadores aseguran que el jueves la promesa giró en torno a que mantendrían sus empleos y que no los dejarían desamparados, pero este fin de semana la realidad es distinta.
Este sábado después del mediodía fue despedido el primer grupo de mineros, quienes, según uno de ellos, recibieron un cheque por mil pesos como liquidación por sus servicios prestados durante seis meses extrayendo carbón del Pozo 2, pero ninguno recibió la paga por la semana, que habitualmente era de cuatro mil pesos.
En este caso se encuentra Óscar Manuel Pérez Hernández, a quien le ofrecieron únicamente mil pesos como finiquito por seis meses trabajados en la mina, y negarle el pago de su semana.
Pérez Hernández reitera que él no aceptó su pago: “Es muy poco lo que me quieren dar de terminación por seis meses desde enero que empezamos. También pregunté por mi pago y me dijeron que le haga como quiera, pero sí alcanzo más, ¿cómo me van a dar mil pesos? Si por semana sacaba tres o cuatro mil pesos”.
“Tampoco teníamos prestaciones, ellos decían que nos tenían en el seguro, pero si uno iba a consulta no había manera porque no estábamos dados de alta”
Agrega que al reclamar por lo anterior y su dinero conforme a derecho la respuesta es negativa y que no habrá acuerdo que lo beneficie.
Asimismo, los trabajadores señalan que esta mina era una de las mejores remuneradas de la región, cuyos sueldos iban de los 150 a los 180 pesos diarios por tonelada de carbón. En un día lograban sacar hasta 10 carretillas cada uno, lo que equivalía hasta 5 toneladas, asegurando un pago diario de mínimo 700 pesos.
“Las jornadas eran de seis horas, y la paga es buena. Aquí se la pagaban a uno un poco más cara, pero no valen la vida de uno como trabajador. Ellos se hacen ricos y nosotros nos morimos allá abajo, no quiero pensar cómo estaríamos si fuéramos nosotros los que estuviéramos ahorita ahí, nuestras familias”, dice Óscar.
Asegura que algunos de sus compañeros aceptaron el dinero porque tienen gastos que cubrir, y prefieren buscar trabajo enseguida, porque no tienen esperanza de que sus patrones les reubiquen o respalden económicamente mientras se concreta el rescate.
Sin embargo, asegura que si no encuentra pronto otra opción de trabajo que se asemeje al salario que percibía por semana, tendrá que regresar a las minas, porque la necesidad así lo demanda.
Con información de López-Dóriga, La Jornada y Vanguardia
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“Lo que otros no dicen”