Manolo Jiménez es un gobernador nuevo, 15 días cumple, apenas, de ejercicio administrativo y político en la conducción de Coahuila.
En estos días es notorio su esfuerzo por encontrar o definir un estilo de gobernar, uno que lo distancie (cuando menos en la forma) de lo visto en los últimos 18 años.
Improvisa en sus discursos, no siempre asertivamente. Sus mensajes llevan renglones torcidos y mensajes ocultos, quiere, quizás, darse a ver como un político de colmillo afilado, a pesar de su juventud para gobernar una entidad compleja y distorsionada desde el gobierno.
No quiere tocar Manolo los temas espinosos como la deuda, la nómina obesa, el gasto corriente extremo y el gasto en imagen y propaganda tan excesivo, tampoco de los despojos de tierras y de ocultismo y maniobras en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio.
El gabinete
Dos años, dicen unos, costará a Manolo deslindarse del yugo político del moreirato (que dice no existe), Riquelme ni lo intentó, siquiera..
Y hay que ver que si en lo político la intromisión Moreira-Riquelme es férrea, en lo financiero está peor aún; subyacen los negocios con cargo a la Tesorería estatal y las empresas fantasma continúan mermando la exigua finanza gubernamental, en detrimento de las obras y servicios públicos.
La segunda tanda de gabinete que fue develada el día 12, presenta a destacados moreiristas, viggianistas y riquelmistas, en cargos relevantes, acto que contradice a Manolo en su intento por declarar finiquitado el moreirato, toda vez, lo evidencia en su actual situación de dependencia política y financiera de los caciques.
El secretario de Finanzas de Riquelme y rector de la UADEC con Rubén Moreira (Blas Flores, el papá del jefe de gabinete de Manolo) fue presentado como responsable del manejo de la MegaDeuda (¿capichi?). El ex jefe del corruptísimo SATEC con Rubén Moreira (Oscar López) llega al Registro Público, al otro exjefe del SATEC (Javier Díaz) lo quieren hacer alcalde de Saltillo. La secretaria de Turismo con Riquelme y “operadora” del Gordo (Azucena Ramos), aparece como relevo al frente de la mafia de la SEP (como subsecretaria). El jefe de prensa de Riquelme (El Guty) llega como subsecretario de Obras Públicas (a los negocios). Las empleadas de Carolina Viggiano, una ex directora del DIF con el Gordo Fachas Moreira (María Teresa Araiza) llega a la Procuraduría de La Familia y Yezca Garza es repetidora en la tétrica Identificación Humana (desparecidos que no quieren que aparezcan).
Hay más nombres que evocan el negro pasado reciente que nos urge olvidar, que no perdonar.
Obras son amores
Manolo enamora a los coahuilenses (o lo pretende) prometiendo descaradamente hacer obras en el Plan de 100 Días, el descaro consiste en que ni Rubén Moreira ni Miguel Riquelme las hicieron porque la deuda y la corrupción quebró las finanzas estatales.
Manolo anuncia obras especialmente de movilidad (carretas y vialidades), obras cuantiosas en costo (obras que urgen y se han retrasado), sin saber cómo las va a pagar. Ya hemos dicho que el golpe a los empresarios y comerciantes con el abrupto aumento del 50% en el Impuesto Sobre Nóminas, recaudará, según cálculos alegres, 1500 millones, para arrancar motores.
Luego está la nueva deuda que Manolo anuncia: 1000 millones para “pago de nómina y aguinaldos de la burocracia y la UADEC”, ahí hay gato encerrado… el extesorero ahora contratado, dijo que dejó el dinero.
Pasos de gigante
“Patas” cortas no dan pasos de gigante, nota relacionada con el lema de gobierno que escogió Manolo Jiménez: “Pa ´Delante a Pasos de Gigante”, pero, ya veremos si vienen zancadas o solo patadas.
Manolo presume de inicio que es un gigante, mucho tiene que hacer para demostrarlo. Lo visto: más deuda, gabinete del pasado y de chavos, y más promesas por cumplir ¡Esto apenas empieza!