Los celos de Guadiana

Ayer por la tarde celebró su Primer y último Informe el alcalde Saltillo, Manolo Jiménez Salinas (es esta una administración de ajuste, de solo un año). En enero inicia una nueva alcaldía sarapera, ahora de tres años.

La fiesta fue ostentosa, fue a lo grande. Con efectos especiales, videos de primer nivel, auditorio amplio y de calidad.

Simplemente ¡un destape anticipado!

Los asistentes, varios calefactos (Chema, Verónica, Oscar, Armando, Fernando, Reyes, Manuel, Hilda, Eduardo…) sufrieron el éxito del evento

y la complacencia del gobernador, que recibía las lisonjas de Manolo ante los atónitos ojos de más de un suspirante.

Ni que decir de los laguneros que sufrían por la parafernalia y la propaganda abundante y luego recibieron el balde de agua helada cuando Miguel Riquelme dijo que: “era Lagunero por nacimiento y saltillense por adopción”.

Mala cara

Armando Santana Guadiana Tijerina, senador de MORENA, traía mala cara desde su ingreso al Museo del Desierto. La prestigiada Revista PROCESO, diario nacional, había publicado un día antes un artículo duro contra los supuestos “negocios oscuros de los hermanos Guadiana, en la región Carbonífera de Coahuila”. Trascendió que le costó una regañina del propio Presidente de la República, quien le había ordenado una aclaración pública.

Luego, el evento lucidor de Manolo, y en él, las referencias del alcalde y del gobernador, destacadas a Reyes Flores Hurtado y veladas a Guadiana Tijerina. Y para rematar, un Informe que parecía (o fue) destape por la candidatura a la gubernatura.

Los celos

Temprano o a tiempo, con permiso o sin él, Manolo se ensalzaba de mas y Guadiana tragaba bilis a sorbos grandes.

Cuatro lideresas de MORENA, algún despistado y el ex Gobernador Enrique Martínez (aludido en el artículo de PROCESO), saludaban a Guadiana. La fiesta era ajena, el baile estaba grande y el anfitrión andaba desatado, abrazando a todos.

Los celos de Guadiana eran evidentes.

Manolo le comía el mandado, en su propia guaripa baya. Guaripa que no se quitó ni al paso de la bandera.

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