Ya poco más de un mes del gobierno de Manolo y las cosas siguen en campaña. Parecería que no hay certidumbre de que el triunfo fue inobjetable y continua el bombardeo del estado gigante que avanza Pa delante, válgame Dios.
Las cosas en la Tesorería del Estado siguen a cuenta gotas, ya que los recursos federales irán llegando etiquetados y bien vigilados, y la herencia fue de deuda y más deuda, es más no dejaron ni para papel sanitario, así literal.
El gobernador tuvo que recurrir al primer empréstito para pagar la abultada nómina burocrática con restos de los últimos tres sexenios que incluye a personas que ya se habían jubilado y que fueron reincorporadas por favores “especiales” a los sexenios del moreirato.
Esta carga influye en la necesidad de buscar nuevos ingresos a través de la sangría a los ciudadanos por medio de: actas, certificaciones, derechos vehiculares y cuanto servicio preste el estado cada vez más oneroso y selecto.
El arranque de obras que incluyen algunas de infraestructura básica como: en la Región Laguna, Giro de la Independencia, en el que llevarán a cabo obras de pavimentación, drenaje y agua; La rehabilitación de la autopista Premier en la Región Carbonífera, mientras que en la zona norte se llevará a cabo la construcción del libramiento Chuy María Ramón.
Para la Región Sureste, la ampliación a cuatro carriles de la carretera que lleva de Saltillo a la zona industrial de Derramadero, y la extensión del boulevard Nazario Ortiz Garza, para desahogar el tráfico en el sector poniente de la ciudad. Obras evidentemente necesarias para impulsar el proyecto del nearshoring y el crecimiento de las ciudades.
Sin embargo, en este mismo rubro de obras se incluyeron otras enfocadas a reforzar la Seguridad Pública y ahí viene la duda, ¿qué no se había dicho a saciedad por parte de Riquelme que Coahuila estaba blindado?, entonces por qué razón se tiene que comprar armamento y patrullas y además construir cuarteles para el ejército en Coahuila, esto es un evidente contrasentido que deja al descubierto la paupérrima situación en lo que se refiere a la Seguridad Pública a la que estamos expuestos los ciudadanos.
Las inversiones serán cubiertas por más impuestos, pero ahora a las empresas en donde empiezan a surgir voces de inconformidad en contra de los líderes de cámaras de industriales, que no contaron con el aval de sus asociados y además no fueron tomados en cuenta como es el caso de índex, que en Coahuila comprende más de 200 maquiladoras.
Por otra parte, y como las cosas en Palacio se mueven despacio, esperaremos aún a los nombramientos de aquellos que pertenecen a la cuarta ola de funcionarios, es decir, la carga moreiriana que en los próximos días arribara en las posiciones del gobierno a fin de ir vigilando a la nueva administración con los efectos de la modorra y la ambición que caracteriza a los hoy desempleados. ¿Esperaremos sorpresas o ya hay apuestas con pesos tronchados para las nominaciones?
Es necesario que el gobernador vaya entendiendo que los tiempos de las campañas terminaron en junio del año pasado y que hoy la realidad tiene su lado moridor y por ende ir actuando en consecuencia, de tal manera que esos tiempos y sus circunstancias irán modelando su sonrisa permanente hasta convertirla en algo para tomarse en serio y entrarle a la gravedad de los problemas que se avecinan.
La lucha por las nominaciones a las alcaldías comprobará si la alianza perdura o se desquebraja, por lo pronto con tal de arropar a la alcaldesa de papel de Piedras Negras ya convirtieron la plaza en un polvorín laboral que les puede estallar en las manos cuál paloma de las dé a 5 pesos.
El primer año de gobierno de Manolo se antoja de graves contradicciones y pronósticos de reserva, sobre todo por las presiones de la elección federal y local de alcaldes, en donde podrá demostrar que tiene tablas para resolver las cosas o simplemente es uno más de los desechables de la nomenclatura coahuilense que se ha apoderado de los bats, las pelotas, las bases, los guantes y hasta del ampáyer del juego político coahuilense.
Manolo deberá recordar, al decir de Churchill, que: “los políticos se convierten en estadistas cuando estos se ponen a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Ya veremos.