“De la Seguridad me encargo yo”, decía un candidato sonriente al inicio del reinado de caramelo, que tal vez imaginó por entre las pesadillas de una inconsciencia o a través de la pausa de los desasosiegos, hará casi seis años.
Invitando a la sociedad a sonreír, las cifras de la impunidad y el crimen hicieron cambiar el slogan como los calzoncillos, en este sexenio del arrase al patrimonio de los coahuilenses.
Simplemente la tónica administrativa inició con el pie izquierdo. Meses de titubeos llegaron a la colocación de un inexperto personaje en la procuración de justicia, y más allá, impuso al hoy delfín Riquelme al frente de la seguridad en el Estado, en la época de mayor criminalidad que vivió Coahuila.
No terminaba de declarar el entonces secretario de Gobierno: “El Gobierno de Coahuila no va a cesar en esta lucha contra la delincuencia, el mismo día de ayer el Gobernador anunció que se seguirá combatiendo al crimen organizado, que tenemos una excelente coordinación con el Gobierno Federal y que el Ejército también estuvo presente en los hechos”, cuando sendas balaceras en Torreón acabaron con el intento (Miguel Riquelme, marzo 2012, MVS Noticias).
Luego, la fuga masiva de reos en Piedras Negras, los pozoleros de ahí mismo y el homicidio del hijo de Humberto reflejaron la tónica de la administración de la seguridad y procuración de justicia que establecería este Gobierno de a pie.
Alarmados, los empresarios declaraban que: “Cerca de 10 mil empresas han cerrado en la región de La Laguna en los últimos cinco años, debido a la inseguridad que asola en la zona de Torreón-Gómez Palacio, de acuerdo con cifras de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) sólo en Coahuila cerraron 5 mil 600 negocios y más de 4 mil 100 en Durango” (abril 2012, El Financiero).
Las cifras del Secretariado Nacional de seguridad reflejan que Coahuila ha sido más peligroso en este Gobierno que en los de los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Sonora, Guerrero, Michoacán, Hidalgo y San Luis Potosí, y eso es mucho decir, ya que la falta de vocación política, de una policía honesta y no servil a los intereses del grupo dominante y de una estrategia de verdad, no esa de andar haciendo reuniones para la foto, han sido la constante en la administración de justicia y la seguridad en esta tierra.
El SNS refiere como datos oficiales una cuenta de homicidios culposos y dolosos muy distinta a la declarada por las autoridades locales, y el truco es que las huestes moreirianas usan los datos según su conveniencia, porque si disminuyen los delitos es porque los de competencia federal se han reducido y esa cifra no les da perjuicio.
En el Estado, a nivel local, han sido asesinadas 4 mil 036 personas en lo que va de este sexenio, y violadas mil 065; la suma de los delitos llega a 273 mil 872, siendo los años 2014 y 2016 en los que más se presentaron denuncias con 51 mil 412 y 51 mil 242, respectivamente.
Pero el Gobierno de las sonrisas, de la energía y de la nueva forma (usted escoja) declara que se ha avanzado en la seguridad, comparando meses de alta criminalidad con meses de baja inseguridad y no la suma de la delincuencia que lo que al final cuenta para analizar los resultados. (“Las cifras reflejan que mientras en la primera semana de agosto del 2011 se presentaron 36 homicidios, en el mismo periodo de este año sólo fueron tres, señaló el Gobernador” (VANGUARDIA, agosto, 2017).
En el sexenio de Rubén Moreira se cometen 132 delitos por día y esa es la realidad y en el ranking nacional encabeza las cifras en algunos delitos.
Paradójicamente, el mayor juez de conciencia resultó ser el hermano menor y hacedor del “Frankenstein”, según lo refirió en el funeral de un jefe policiaco abatido recientemente: “Tengo una foto de cuando éramos niños, yo con un carrito y él con una pistola, de ahí nos damos cuenta del estado mental del inútil del Gobernador”. (H. Moreira, Rancherita del Aire, 2017).
La clave hoy la da la famosa canción de The Police de los años 80, en “Murder by Numbers”: “Pero puedes llegar a la cima de tu profesión / si te conviertes en el líder de la tierra. / El asesinato es el deporte de los elegidos / y no necesitas levantar el dedo de tu mano”.