Rubén Moreira siendo un corrupto y un criminal, siendo causa directa de la vergonzosa derrota de su partido, es diputado plurinominal relecto y fue designado coordinador de la bancada de los 71 legisladores del PRI que quedaron en la Cámara.
Pero, el tema es basto y lo columniaré en tres entregas, así que… vamos por partes.
Para entender hay que saber quiénes son los Moreira. 7 hermanos descendientes de ilustres maestros, que heredaron el prestigio (lo difícil, lo perene, lo sustancial), pero no el dinero y eso los hace sufrir inmensamente.
Con complejo de clase crecen los hermanos, mas unos que otros. Todos se enquistan en el gobierno para vivir. Dos de ellos, Humberto y Rubén, se identifican y hacen un plan: irían en busca de la gubernatura, se harían ricos a como diera lugar.
Gobernadores, malos
El mas vivo, Humberto, lo logra primero. Los costos pagados para ser gobernador son indecibles, ¡literalmente, en cuerpo y en alma!
Los pactos oscuros fueron razón de llegar al poder, unos con políticos oscuros y otros con oscuros criminales aliados con políticos. Desde aquel entonces, el año 2005, los giros negros los manejaba su hermano Rubén, por acuerdo mutuo (quien disfrutaba convivir con capos para un día serlo). Los beneficios se repartían entre ellos.
Se enriquecieron pronto y fácil. El asco lo habían perdido los hermanos Moreira en el fangoso camino, haciendo de todo y con todos. “Todo Coahuila entregado a Los Zetas“, denunciaba una investigación de la Escuela de Derecho de la Universidad de Texas (investigación acallada desde el gobierno federal. Primer perdón).
Vencieron los candados del PRI y se heredaron el poder. Rubén urgía la popularidad de entonces de su hermano Humberto, y este, la sagacidad y malicia del gordo fachoso, de su hermano Rubén (antes del poder y el dinero fácil, las camisitas delgaditas pero grandes se le salían del pantalón de marca corriente, las lonjas y la mal hechura corporal no se llevaban bien con la ropa y la facha era tremenda). “El Gordo Fachas” le apodaban sus conocidos, y él, torvo y asesino, golpeaba todo a su paso mirando cual desquiciado, y amenazando.
Dos tipos pobres de dinero lograron lo inexplicable, ser gobernadores de Coahuila y serlo consecutivamente.
Debieron estar orgullosos, tenían el poder y se hicieron de muchos millones (sucios y robados, pero eran ya millonarios como planearon). Pero no, su complejo de clase es mayúsculo, en vez de agradecer al magisterio patriarcal, lo jodieron hasta el máximo posible, (para que querían ellos el prestigio de bisabuelos y abuelos maestros reconocidos, ellos deseaban dinero y los maestros la pagarían… la pagaron, la pagan).
Más poder
Con Salinas de Gortari (el expresidente ultrapodereroso, mafioso y tentacular), con capos y con políticos asociados al crimen (reiteración). Eran sus tres objetivos alianzables y los lograron.
Así Humberto Moreira dejó el gobierno 11 meses antes y fue designado presidente del PRI Nacional. El dinero de los coahuilenses, robado por los Moreira y convertido en MegaDeuda, pagaba campañas y untaba manos de políticos.
Rubén quien ya mandaba sin ser, ordenó dejar de Interino a un rico de apellido López, heredero de los López del Bosque, magnates de Saltillo a los que el Gordo Fachas odia (por ricos de familia) y les preparó la cama ranchera por la vía del ascenso al poder de Jorge Torres López y el sacrificio posterior acusado de ladrón y lavador (pagando por ellos, Los Moreira y sus crímenes) y enlodando a los ricos de Saltillo.
Hoy Torres López está preso en Texas, y los Moreira gozan de libertad y de libertinajes. Los perdones los socorren, cobrando viejas cuentas, y el régimen actual, el de AMLO; los tolera, los usa y los solapa.
CONTINUARÁ…