Los integrantes del jurado aún no han llegado a una decisión sobre la culpabilidad o la inocencia de Genaro García Luna.
Después de dos días de deliberaciones, el panel ha concluido la jornada de este viernes sin alcanzar un veredicto unánime sobre los cinco delitos que pesan sobre el ex secretario mexicano de Seguridad Pública: tres cargos por narcotráfico, uno por delincuencia organizada y otro por dar declaraciones falsas. Los 12 ciudadanos se reunirán otra vez el próximo martes, tras el feriado del Día de los Presidentes en Estados Unidos. No hay un plazo definido para que lleguen a un acuerdo.
La corte de Brooklyn está en vilo. La Fiscalía, la defensa, los familiares del acusado y los periodistas se han dado cita en el tribunal a la espera de tener noticias del jurado, cuyas deliberaciones son privadas. Apenas horas antes, el tribunal se llenó de declaraciones explosivas, encontronazos entre las partes y la mirada impaciente del acusado a la espera de conocer su futuro tras el juicio. Ahora, la escena es completamente diferente.
El juez no está en la sala, las partes han dejado atrás las controversias y tienen conversaciones anodinas, los reporteros matan el tiempo con chistes, pronósticos y libros. En cualquier momento puede haber un veredicto. La espera es especialmente angustiante para Cristina Pereyra, su esposa, que ha estado presente en todas las audiencias del proceso judicial. Luna García, su hija, compartía con ellas nervios y ansiedad en las bancas del tribunal.
Aislados del mundo exterior, los integrantes han solicitado varios documentos y transcripciones de las declaraciones de los testigos para tener más elementos que les ayuden a llegar a un veredicto. Cada petición es comunicada a la corte, donde se ha montado una guardia permanente ante la incertidumbre de no saber cuándo se llegará a una decisión. Todo es suspenso en los últimos instantes del proceso judicial en Nueva York. Tras siete horas de deliberaciones, el último pedido de los jurados fue irse a casa.
Por única ocasión hubo actividad en el juicio durante un viernes, un día en el que el juez Brian Cogan no suele celebrar audiencias. Los miembros del jurado pidieron que se hiciera la excepción con la esperanza de que pudieran cerrar el asunto e irse a disfrutar del puente. Pero el acuerdo no llegó. Cogan agradeció a los ciudadanos por su compromiso, les deseó un buen fin de semana y les pidió que no comentaran con nadie ningún aspecto relacionado con el juicio.
Continúa la cuenta regresiva para conocer el destino del exfuncionario mexicano de más alta jerarquía que ha sido juzgado en Estados Unidos.
EP