Nos encontramos en un punto crucial de la historia en el que México nos va a necesitar a todos. Cada uno tendremos que dar lo mejor para alcanzar ese futuro anhelado. Para quienes diferimos de la visión de AMLO la tarea es cuesta arriba, pues todo lo que cuestionamos es rechazado de manera virulenta por quienes suponen que el triunfo en las urnas los convierte en poseedores de la verdad absoluta. Pese al riesgo, es indispensable advertir sobre los primeros asomos reales de autoritarismo.
El Estado mexicano está compuesto por tres Poderes que deberían gozar de plena autonomía. Históricamente el Ejecutivo ha intervenido de manera indebida en los asuntos del Legislativo y el Judicial, convirtiendo de facto al régimen mexicano en presidencialista.
Los gobiernos del PAN hicieron esfuerzos para acabar con la hegemonía del Ejecutivo; pero AMLO claramente está intentando restituir el sistema presidencialista; y al hacerlo, también está dando al traste con el pacto federal.
López Obrador no resiste la tentación de mandar en cada rincón del país. Sus 32 coordinadores van a debilitar la figura de los gobernadores convirtiendo a las entidades en feudos. Además, sus tentáculos también han sido lanzados hacia los órganos autónomos, como el INE, para no dejar ningún resquicio fuera de su alcance. Y todo esto, sin siquiera haber asumido el cargo para el cual fue electo.
Soy consciente de las voces que dirán que mal interpreto las intenciones de López y que me dejo llevar por mi sesgo partidista al momento de hacer mis análisis sobre las circunstancias que vive el país. Ojalá y el tiempo me demuestre que estoy equivocado, pero me temo que, más bien, me va a dar la razón.
Coincido con AMLO en la urgente austeridad y en la necesidad de combatir los privilegios indebidos. Pero no puedo acompañarlo con sus formas, porque no todo en esta vida es material; mandar también es un privilegio del que López comienza a gozar en exceso y al que no parece hacerle ningún asco. Hay quienes son felices acumulando riqueza, a otros, lo que los mueve es el poder.
Face: marcelotorresc Tuitter: @marcelotorresc