Las ilegítimas intromisiones del presidente de la República en el proceso electoral de Coahuila sólo confirman los rumores de los arreglos indecorosos de MORENA con el PRI.
Alito, Moreira y Viggiano se vendieron frente a las narices de sus aliados los del PAN y del PRD, el trío vendió y AMLO compró.
El trío entrega las naves y Coahuila fue intercambiada.
El candidato
El último golpe lo dio ayer el presidente, a una semana de la elección, le dio duro AMLO al candidato del PT (usando la mañanera y su investidura).
Los del PRI se lo pidieron, los de MORENA lo requieren, había que frenar el ímpetu de Mejía y dar tranquilidad al candidato de López Obrador.
Ricardo Mejía no fue, nunca fue según se ve; y Guadiana, aunque de MORENA, tampoco es. Lenin no llega ni a media tabla. Solo queda Manolo, puntero pero bajando, y si Manolo ha de ganar legalmente, pues que gane (que la gente hable, que vote), pero ello debió ser sin la ayuda presidencial que tuerce la voluntad popular.
Entiéndanlo, Manolo Jiménez es el candidato de López Obrador, así de simple, así de corrupto.
A los perros
El estado de Coahuila, por su bajo valor votacional en el concierto nacional, les importa un cacahuate y lo entregaron a los perros, para que se lo coman.
Miren cómo Los Moreira se venden y ganan, siguen impunes y al cabo los del PAN se ayuntaron con los del PRI, y al cabo qué importa Coahuila si “no significa nada“.
Ya verán que estos perros de presa, carroñeros, se arrebatarán los pedazos malolientes.
El botín y los ladrones
Andrés Manuel López Obrador se convierte rápido en el mayor enemigo de los coahuilenses, su desprecio a esta tierra de generales, de visionarios y leales, es insultante.
Coahuila fue entregada, López la intercambió por reformas legislativas apuradas; solo media una elección mapachada y… el resultado electoral, ya impreso en actas anticipadas.