Las presiones y las negociaciones, surtieron efecto. Nueve de 13 senadores del PRI se sumaron a la mayoría de Morena, junto con 2 perredistas más, para aprobar la reforma constitucional que extiende la presencia castrense en las calles hasta 2028.
La polémica iniciativa presidencial transitó con 87 votos en favor y 40 en contra provenientes de las bancadas del PAN, MC y Grupo Plural que votaron sin fisuras.
El coordinador de la bancada priista, Miguel Ángel Osorio Chong, la guerrerense Claudia Ruiz Massieu y Beatriz Paredes Rangel, fueron los tres tricolores que votaron en contra. Por el sol azteca, el tabasqueño Juan Manuel Fócil también se opuso.
De último momento, Morena lanzó un anzuelo de un anexo con ajustes que la oposición había reclamado. Entre otros, un fondo permanente de apoyo para el fortalecimiento de las Policías locales que podrá ser usado en 2023, y no hasta 2024, como se había propuesto en el dictamen original.
Además, el Ejecutivo deberá presentar un informe semestral con indicadores para evaluar sus resultados.
Se determinó integrar una comisión bicameral que podrá convocar a los titulares de Gobernación, Defensa, Seguridad Pública y Marina.
También se precisó que el Presidente podrá disponer de las Fuerzas Amadas en tareas de seguridad pública conforme a los términos planteados por la Suprema Corte de Justicia: extraordinaria y de manera regulada, para que cumpla con el estricto orden jurídico previsto en la Constitución.
Pero en el fondo, la esencia de la iniciativa aprobada no cambió. El debate inició ríspido y subido de tono. Con insultos y ofensas de por medio, el debate fue rudo. La panista Lilly Téllez enardeció a las morenistas después de advertir que votarían “no como perros por sus croquetas“, sino como “hienas a la espera de las sobras apestosas que les aviente el Presidente“.
El nivel lo repuso la priista Claudia Ruiz Massieu, quien sustentó su voto en contra con un discurso que fue reconocido por muchos en el pleno. A punto del llanto, la senadora tricolor evocó a su padre, José Francisco Ruiz Massieu, asesinado a unas cuantas cuadras de la sede parlamentaria en septiembre de 1994, quien dijo le había inculcado la congruencia pública y privada.
Protagónico, el morenista Félix Salgado Macedonio atribuyó el asesinato del ex Gobernador guerrerense a un “crimen de Estado” orquestado por Carlos Salinas de Gortari, tío de la legisladora. Ruiz Massieu le replicó severa: “le respeto su punto de vista pero no le permito que mencione a mi familia sin fundamento”.
En tribuna, el senador panista Julen Rementería del Puerto afirmó que hubo votos que se desprendieron “de amenazas, presiones, cooptaciones y ofrecimientos de toda índole, desde lo político hasta lo económico. El Gobierno oferciendo dinero a cambio de votos, con ofrecimientos indignos”, aseveró, aunque no dio pruebas.
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