Quienes andan en promoción en Coahuila buscan arribar o repetir en las candidaturas a senadores y a diputados federales, llegar o reelegirse a una de las 38 alcaldías o colarse al gabinete.
En estos lares norteños, hay más grilla que política, más urgencia de fuero que vocación de servicio.
Muchos millones se gastan y hartos intereses se guardan, así con los perfiles que los partidos mueven y con los que los gobiernos (que tienen prohibido meterse), señalan, y patrocinan con recursos públicos.
Esta coyuntura de un proceso electoral 2024 ya iniciado en lo nacional, coincide en Coahuila con realidades político electorales, a saber: Junto con la elección presidencial del 2 de junio se renueva el Congreso (senadores y diputados federales), estatalmente se juegan las 38 alcaldías con la posibilidad de relección de algunos ediles, también se cruza la toma de posesión del nuevo gobierno, el 1 de diciembre. Harta grilla.
Manoseo
La tentación es total, los partidos políticos tienen dueños, en las entidades hay caciques y el manoseo de candidaturas (como de gabinetes) ahora también pasa por tamices empresariales.
Para definir el PRI a quienes sean candidatos a alcaldes y a legisladores federales de los distritos y regiones de la entidad (7 + 1 distritos federales y dos senadurías de mayoría más una de primera minoría; hay 7 distritos para diputados federales y se agrega uno para 2024), el tricolor tiene que pactar con sus “aliados” PAN y PRI porque los candidatos serán tripartitas.
En Coahuila pactaron que los candidatos a alcaldes de municipios que sean del PAN actualmente, serán definidos por ese partido, al PRI le queda bien porque tiene más y los más grandes. Con el PRD no hay municipios que respetar en candidaturas.
En cuanto a los candidatos a diputados y senadores el PRI dará al PAN algunas migajas del pastel y al PRD algunas suplencias irrelevantes.
Cuotas
Los aprietes mayores están en la conformación del gabinete estatal que entra en funciones el 1 de diciembre, recuerden que en la elección de gobernador de junio pasado, el PRI prometió al PAN y PRD, para aliarlos contra MORENA, la conformación de un gobierno de coalición. Se habla de la presidenta del PAN llegando a la Secretaría de Turismo, se dice de alguna subsecretaría X para el PRD.
La IP de Coahuila que recién fue sometida a acordar un aumento del 50% en el impuesto sobre nóminas, pide posiciones de gabinete y dobla las manos al gobernador electro Manolo Jiménez, a cambio del “sacrificio”. Por lo pronto la Secretaría de Economía que Manolo ya había prometido a un colaborador generacional, fue pedida por la CONCANACO y sucursales, y el amigo cayó antes de subir. Pero bien reacomodado.
Uff… faltan los jefes de pedir su Navidad de gabinete y candidaturas: ¿Qué pide el cacique Gordo Moreira?, ¿qué pretende al otro Moreira, el Bailador?, ¿qué trama el saliente Riquelme? Rubén aparta para él la senaduría pluri, manosea todas las candidaturas para sus cachanchanes y repasa el nuevo gabinete. Humberto quiere la senaduría para Jericó, alcaldía de Arteaga para el actual edil, Durán, y la rectoría de la UADEC para su concuño. Miguel quiera la candidatura a senador, a Olmos en la Secretaría de Gobierno, a Herrera en la alcaldía de Torreón, a Villarreal en el Congreso local.
El gobernador electo trae chavos, chavas y socios que acomodar en carteras estratégicas (un tipo Gordo subió a Manolo a la silla voladora de la candidatura presidencial 2023, cundo aun no llega a la gubernatura y entonces, Jiménez quiere lucir desde ahora y requiere de sus íntimos).
Millones dudosos
En MORENA se venden judíos y cristianos, ciertas familias andan comprando conciencias y votos, traen millones de dudosa procedencia (CFE y lavanderías varias) en campañas ilegales; así Tania Flores, así Tony, así Cecilia Guadiana; hasta Luis Fernando, Reyes, Claudia, Lizbeth y Mejía Berdeja. Todos mercan candidaturas.
Mejía quiere regresar a MORENA (dice que nunca se fue). El regreso de Ricardo es por la puerta lateral, quiere ser candidato a senador por el PT y así obligar a MORENA a llevarlo en coalición. La delegada del Bienestar renunció al cargo y levanta la mano, muy segura.
La presión política se decanta sobre Manolo Jiménez Salinas, sus decisiones se dicen unilaterales pero hay influyentismo, cuotas, empujones y patadas en las filas de contratación.