En México la política se ha pervertido. El hartazgo social se ha hecho evidente hacia las instituciones y en especial hacia los partidos políticos. La corrupción se va arraigando de manera peligrosa en la vida cotidiana en nuestro país. No escapan de ella: gobiernos, Iniciativa privada, ni la sociedad abierta; que sucumbe ante sus beneficios y ante sus tentáculos poderosos, complaciéndola.
Las calificadoras internacionales certificadas, en su último reporte de la semana pasada, ubican a México escalando ocho penosos sitios en el “Rankin mundial”, al grado de situarnos, de entre los miembros de la OCDE, como el país más corrupto.
La justicia lenta y corrompida, la impunidad, la complicidad, entre otras enormidades como estas, son la causa mayor de que escalemos la corrupción (en percepción y en realidad), muy rápidamente. Nadie esta exento ya de esta enfermedad que merma nuestra existencia nacional.
La transparencia es la mayor hipocresía sistémica del gobierno. Puede haber prestanombres y “proveedores selectos” que se presten a otorgar prebendas o beneficios en la línea de la contraprestación de cuotas, y al tiempo, aparecer en listas de internet consignadas en las “páginas de trasparencia de cada sector” o del gobierno en general. Hasta se pueden premiar acciones de trasparencia, por cumplir con subir datos, y estos validan los nombres o las razones sociales de socios y prestanombres.
Las entidades de la república están sueltas. Nadie regula, vigila y menos aún sanciona las desviaciones, excesos, deudas, negocios o extremos ilegales de los gobiernos estatales. Hay entidades sobre endeudadas, inventando leyes, desviando recursos, y evidenciando negocios y fortunas inexplicables de funcionarios del primer círculo; en especial de los gobernadores.
Destacan sobremanera: Coahuila, Nuevo León, Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Guerrero. Michoacán, Guerrero y NL tienen nuevos mandatarios, ninguno audita a sus anteriores. Tamaulipas renueva gubernatura en junio y Coahuila en el 2017. Coahuila contribuye al desprestigio internacional por el caso de Los Moreira. Hermanos que se entregaron el poder, se coluden por el desvío financiero y en los negocios. Son cómplices y tapaderas.
¡Así… como ayudar a México!